La victoria del expresidente lo refuerza como favorito indiscutible a la nominación para las presidenciales, mientras DeSantis aventaja a Haley por la segunda plaza
“Siempre es un gran día para ser un oso polar”, reza un lema en los pasillos del instituto North, en Des Moines (Iowa). Los Osos Polares son los equipos deportivos de este instituto, donde un grupo de votantes republicanos se ha reunido a elegir a su candidato a las presidenciales de noviembre. Fuera hace 21 grados bajo cero y hay montañas de nieve. Es un buen día para ser un oso polar, sin duda, pero también es un buen día para ser Donald Trump. Tal y como anticipaban las encuestas, el expresidente ha arrasado en los caucus de Iowa, incluido el del instituto North, con un triunfo récord.
Trump ha sido el candidato más votado en los cientos de asambleas de ciudadanos que se han manifestado este lunes sobre quién es su favorito para disputarle a Joe Biden la Casa Blanca el 5 de noviembre. La victoria en la gélida Iowa, cubierta de nieve y sometida a temperaturas propias del Ártico, es solo el primer paso en la carrera de las primarias, pero supone un golpe de autoridad para el expresidente, al que sus 4 imputaciones por 91 presuntos delitos no le pesan, sino que le dan a alas. Trump despeja de un plumazo cualquier duda sobre su liderazgo entre las bases del Partido Republicano.
La victoria de Trump ha sido rotunda. Ha logrado más votos que todos sus rivales juntos y ha ganado en 98 de los 99 condados. Los analistas de datos de televisiones y medios de comunicación han certificado su triunfo, incluida la casi infalible AP, apenas media hora después de empezar los caucus. Ha batido la marca del republicano Bob Dole, que se impuso en los caucus de Iowa de 1988 por algo más de 12 puntos, el récord sin contar las campañas de reelección de presidentes. Según los datos de AP, con más del 95% de los votos escrutados, Trump ha logrado un 51,1%, seguido por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, con un 21,2%, y la exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, con un 19,1%. Una ventaja así supone casi noquear en el primer asalto a sus rivales.
Trump ha comparecido este lunes por la noche en un centro de convenciones de Des Moines, la capital estatal, para celebrar su contundente victoria y ha felicitado a sus rivales, en un mensaje con algo de sorna: “Quiero felicitar a Ron y Nikki por pasar un buen rato juntos”. DeSantis y Haley han intentado mostrar satisfacción, pero como mucho han transmitido alivio en el caso de DeSantis y esperanza en el de Haley.
DeSantis gana a Haley
La pelea por la segunda posición ha dejado como ganador a Ron DeSantis, que supera las expectativas creadas con las últimas encuestas. Aun así, el resultado es una decepción en toda regla. Las televisiones se han estado recreando en los últimos días con su cambio de mensaje. Hace unos meses decía: “Vamos a ganar en Iowa”. Hace unas semanas: “Vamos a hacerlo bien en Iowa”. La realidad es que a pesar de haberse pateado los 99 condados y a pesar de ser un Estado blanco, conservador y religioso, que favorece su perfil político, DeSantis ha fracasado al quedarse a casi 30 puntos de Trump y superar por la mínima a Haley. Este lunes se ha mostrado conformista con lo ocurrido: “Gracias a vuestro apoyo, a pesar de todo lo que nos han echado encima, todos contra nosotros, hemos sacado nuestro billete de Iowa”, ha dicho DeSantis en la comparecencia ante sus seguidores.
En cuanto a Haley, esperaba ser segunda para contar la historia de la candidata en ascenso, más aún con la siguiente cita en Nuevo Hampshire, donde acude con buenas perspectivas. Siendo tercera a poca distancia de DeSantis también intenta contar esa historia, pero suena menos convincente, sobre todo porque la ventaja de Trump es enorme. “Si nos fijamos en lo bien que nos está yendo en Nuevo Hampshire, en Carolina del Sur y más allá, puedo decir con seguridad que esta noche Iowa ha convertido estas primarias republicanas en una carrera de dos personas”, ha dicho. Parecía el discurso escrito para pronunciar en caso de haber quedado segunda.
El emprendedor Vivek Ramaswamy es cuarto, con el 7,7%% de los votos, mientras que los apoyos a los candidatos supervivientes Ryan Binkley (pastor-empresario-político) y Asa Hutchinson (exgobernador de Arkansas) son más bien testimoniales, por debajo del 1%. Ramaswamy ha anunciado su retirada de la carrera de las primarias tras fracasar en una campaña en la que ha ido gastando parte de su fortuna. Al tirar la toalla, ha dado su apoyo a Trump, con el que comparecerá en un mitin en Nuevo Hampshire esta semana.
Los caucus de Iowa son asambleas políticas que se han celebrado este lunes a partir de las siete de la tarde (las dos de la madrugada del martes en la España peninsular), en centenares de centros cívicos, colegios, institutos, polideportivos, iglesias y hasta domicilios particulares, a lo largo y ancho de este Estado de 3,2 millones de habitantes. En esos lugares, los votantes republicanos han expresado sus preferencias por los candidatos. En la mayoría de los casos hay discursos y debates, aunque no es imprescindible. En el caso republicano, no hay formación de grupos ni eliminación de candidatos que no alcancen un determinado porcentaje de votos. Esas eran las características de los caucus demócratas de Iowa hasta 2020. Aquí, aunque los que acuden suelen ser más participativos y con frecuencia gustan de expresarse y defender sus ideas, el voto es secreto y las diferencias con unas primarias tradicionales se reducen.
Dentro de un ‘caucus’
En el instituto North, John Satre se ha encargado de defender la candidatura de Trump. Cuenta a EL PAÍS que es la segunda vez que actúa como capitán de caucus, como se conoce a esos voluntarios que hacen de portavoces de sus candidatos. En 2016, curiosamente, defendió al senador Ted Cruz frente a Trump, pero ahora está entregado al lema de hacer grande de nuevo a Estados Unidos. “Trump es lo que necesita el país, ha demostrado que tiene sentido común“, defiende sin pestañear. Ha hecho su defensa en público de Trump con traducción casi simultánea al español, aunque apenas había votantes latinos en la sala.
Irma Fralic, de 60 años, de Carolina del Sur, el Estado natal de Nikki Haley, se ha desplazado desde Pensilvania para pedir el voto para ella. “Nikki puede ganarle a Biden. Trump tiene una base muy fuerte, pero no es suficiente. Nikki puede unir el país, es conservadora, no quiere un Gobierno grande, quiere un presupuesto equilibrado”, explica a EL PAÍS. “Es la única con los pantalones bien puestos”, añade.
Mike Dorwart, de 63 años, vivió en Florida antes de trasladarse a Iowa, y en parte por eso defiende a Ron DeSantis. “Creo que sería bueno para el país, es la persona correcta para este momento, por su experiencia y por todo“, explica. “Algo que nos une a todos los republicanos es el deseo de derrotar a Joe Biden en noviembre“, sostiene.
El caucus del instituto North ha funcionado como una asamblea desordenada, sin megafonía, con varias personas interviniendo en paralelo, protestas por el retraso en comenzar y algo de caos en la votación. Han asistido algo menos de un centenar de republicanos. “Se nota el mal tiempo“, decían los organizadores. Además de los discursos de Satre, Fralic y Dorwart en defensa de Trump, Haley y DeSantis, también se han defendido las candidaturas de Vivek Ramaswamy y Asa Hutchinson. La noticia de que Trump ha arrasado en Iowa llegó al salón de actos del instituto antes siquiera de que los presentes hubiesen empezado a votar. Paradojas de la democracia retransmitida en directo. Minutos después, el resultado de las tres mesas del instituto North da a Trump 45 de los 74 votos, un 61%. La noticia era cierta. DeSantis se lleva 13 votos; Haley, 9, y Ramaswamy, 5.
La campaña de DeSantis ha protestado por la difusión tan temprana de los resultados, algo que considera interferencia electoral. AP, que es la que marca la pauta en la materia, ha explicado que los resultados iniciales de ocho condados mostraban una distancia insalvable a favor de Trump solo media hora después de la hora a que estaban convocadas las asambleas. La agencia explica que a diferencia de los Estados con primarias, en los caucus de Iowa no hay urnas ni una hora fija a la que terminen todas las votaciones. Algunos centros de votación pueden terminar en pocos minutos, mientras que otros pueden tardar algún tiempo en determinar el resultado. La agencia se pronuncia cuando considera que no hay dudas del resultado.
Sin votaciones demócratas
Los demócratas han relegado los caucus de Iowa después de la chapuza del escrutinio de 2020, que se demoró durante días y nunca terminó de ser del todo de fiar. El presidente, Joe Biden, que tuvo un pésimo resultado en este Estado hace cuatro años, presionó para que los primeros votos se emitieran en Estados más diversos que representaran mejor a su partido y al país. Los demócratas de Iowa aceptaron que sus votaciones sean por correo y que no se terminen y publiquen hasta marzo. Este lunes se han reunido para despachar asuntos del partido, pero no para votar.
Oficialmente, el proceso de primarias de ese partido comienza en Carolina del Sur el 3 de febrero, y luego se desplaza a Nevada. Sin embargo, el Partido Demócrata de Nuevo Hampshire sigue adelante con unas primarias el 23 de enero que el aparato nacional del partido dice que no serán válidas.