Para la candiata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, la violencia no es generalizada y el proyecto de Nación seguirá la ruta que trazó AMLO.
A través de granjas de bots se promueve el lenguaje de polarización, división, clasismo, racismo… pero para Sheinbaum, igual que para AMLO, todo va bien, y la 4T seguirá adelante.
TRAS BAMBALINAS
Por Jorge Octavio Ochoa
Queríamos dejar de nombrar al presidente pero…
1.- El mandatario insiste en colocarse en el centro del debate.
2.- Su candidata no emociona.
3.- Calienta la plaza y habla de golpe “técnico” o “golpe blando”.
En la prensa internacional, tienen claro que las encuestas que circulan en México están manipuladas, y que es el propio sistema (ahora 4T) quien manipula granjas de bots para empujar corrientes de opinión y estados de ánimo.
En el régimen hay preocupación, porque las fuerzas vivas emergentes, que movía la 4T, ya no están de su lado. Hay un ambiente de crispación, que los propios dichos del primer mandatario revelan, al hablar sobre un presunto “Golpe técnico”.
La candidata “puntera” dice que la violencia “no es generalizada”, pero lo que ocurre en Guerrero, es la muestra de lo contrario. Eran 43 las víctimas de Ayotzinapa. Ahora son 44… y un policía prófugo.
¿Por qué es López Obrador quien informa que se les escapó el policía que mató, de un tiro en la frente, al estudiante que participó en el portazo de Palacio Nacional? ¿Por qué no la gobernadora o la secretaria de Gobernación?
Al día siguiente de la fuga, “desaparecen” dos fiscales de Morelos, que iban a “ayudar” con las investigaciones. Luego, por la tarde, “levantan” a un periodista de Televisa en Jalisco. Todos ellos reaparecieron, de madrugada.
Parecen distractores. López Obrador es el maestro en el uso de ese recurso. Por eso es que habla de “Golpe técnico” y sus corifeos simulan corregir: “Golpe Blando”, porque los golpes de Estado sólo los dan los militares.
Escenografía, tramoya; esquizofrenia, distractores y casualidades. Ahora muchos analistas dicen que alguien intenta “calentar la plaza”. Y cuando reaparece la gobernadora, el ambiente se calienta más. La fiscal se niega a renunciar.
Sandra Luz Valdovinos Salmerón, que es militar del Ejército, apela a su derecho de audiencia ante el Congreso, “para transparentar las acciones que la Fiscalía General realizó por los lamentables hechos…”
La investigación sobre el asesinato del estudiante la inició ella, dentro de la carpeta de oficio el día 8 de marzo de 2024, por el delito de homicidio calificado, y podría contradecir la versión difundida por el presidente.
Sin embargo, la Cámara de Diputados de Guerrero, de mayoría absoluta de Morena, simplemente no dice nada, y da por removida, de facto, a la fiscal, lo que revela el grado de autoritarismo que encierra la moral republicana de la 4T.
Las granjas de bots
El hecho irrefutable es que, desde el inicio de este sexenio, se ha extendido un lenguaje de polarización, división, clasismo, racismo. Se quiere enfrentar a blanquitos contra morenitos, conservadores contra transformadores
Se detectan “mensajes fuerza” o de odio, para generar animadversión contra los “blanquitos”, y colocar a los “morenos” como eje de la salvación de todo un país, con la imagen de la “morenita” en los atuendos de la candidata oficial.
El vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, es el principal gestor de las famosas “granjas de bots”, y de la creación de medios afines y reporteros a sueldo, que rodean la figura del jefe del Ejecutivo federal.
La estrategia va desde el surgimiento del diario Regeneración, dos años antes de la contienda presidencial del 2018, que facturaba 70 millones de pesos al año, hasta la impresión de nuevos medios como Polemón.
De ahí saltaron al reclutamiento de diarios como Contralínea y La Jornada. Bastaría una revisión de las cantidades facturadas actualmente por concepto de publicidad de los estados y de secretarías de Estado, para comprobar esto.
Hay una feroz lucha mediática que el presidente siente va perdiendo. Intentaron crear líderes de opinión que, con el paso de los años, se volvieron contrarios. Ahí están los casos notorios de Gibrán Ramírez o John Ackerman.
Los verdaderos ideólogos de peso, como Adolfo Gilly o Octavio Rodríguez Araujo, prefirieron mantenerse alejados desde el inicio del sexenio, por el grado de virulencia que desde entonces ya se veía en Morena.
A la 4T lo único que le ha funcionado, sin quererlo, son los anuncios de Alito. Cada vez que él sale en un spot, le resta votos a Xóchitl, porque recuerda a los mexicanos la clase de «hedores» de la que se quiere deshacer.
Pero cuando aparece Claudia Sheinbaum cuadro, entra el desaliento. Ella no se separa del discurso oficial. Contra toda crítica, pontifica sobre los proyectos del presidente, como son el Tren Maya, Dos Bocas, AIFA, la Farmaciota o el sistema de salud.
En tono autoritario, ella habla “deeel proyecto de Nación”, como parte de una “continuidad” irreversible, basada en la política social que, como en los peores tiempos del PRI, usa los apoyos sociales, en una impúdica compra de voluntades.
Decir que hay un uso clientelar de estos programas, es algo más que una frase hecha. Hay un caudal de evidencias que se vislumbran ahora a través de las candidaturas y la nueva clase política que nos gobierna.
De la Secretaría del Bienestar surgieron los gobernadores del Estado de México, Delfina Gómez; Baja California Sur, Víctor Castro; Tlaxcala, Lorena Cuéllar; Tabasco, Carlos Manuel Merino y Colima, Indira Vizcaíno.
Dicen no ser “como los de antes”, pero hoy vemos que los Servidores de la Nación son el trampolín de políticos, con un uso indebido de recursos públicos para impulsar intereses y ambiciones de un hombre y su nuevo partido de Estado.
Los padrones de beneficiarios son la espina dorsal del sistema, a través de la cual se conecta la solicitud del voto para el próximo 2 de junio. Pequeñas bombas de dinero anticipado y la promesa de “mucho más” después.
Ahora, ese partido tendrá como candidatos a gobernador, a dos ex superdelegados de programas del Bienestar: Javier May, de Tabasco, y Joaquín “Huacho” Díaz Mena, en Yucatán. Ello, sin contar a los aspirantes a diputados y senadores.
Es toda una estrategia vertical, preconcebida desde hace años, por el ahora presidente de la República, que encargó a sus leales millonarias entregas de programas sociales.
Esos servidores de la Nación, o empleados del Bienestar, fungieron como representantes de la 4T en casillas, o como coordinadores de distrito de Morena, PT o PVEM en las polémicas elecciones para elegir gobernador de Tamaulipas.
Es lo mismo que buscan aplicar en todo el país. Pero las evidencias del narco-Estado pululan, con gobernantes y legisladores involucrados en hechos delictivos o asuntos del crimen organizado. Ahí están Félix y Américo.
Si no está enojado, AMLO sí está, al menos, preocupado, muy preocupado.