El gobierno de la 4T, bajo la dirección de Sheinbaum, ha mostrado un claro control absoluto sobre los Poderes Ejecutivo y Legislativo.
La reciente omisión de Sheinbaum de invitar a la presidente Norma Piña al aniversario de la Constitución refleja la centralización del poder, junto con decisiones autoritarias como la imposición de candidatos al Poder Judicial a través del Senado.
Por Jorge Octavio Ochoa
Como Aquimichú: dos pasitos pa’delante, uno pa’tras. Así esta semana la presidente Claudia Sheinbaum.
El acuerdo alcanzado con el inefable Trump en materia de aranceles se vio tristemente empañado por una decisión, más que visceral, diríamos infantil. Ella decidió no invitar a la presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, al 108 aniversario de la Constitución de 1917.
Así, en los hechos, ella hizo patente que en México ya no existe División de Poderes. La División de Poderes está aniquilada. Sin tapujos, desde los Poderes Ejecutivo y Legislativo, Morena tiene el control absoluto. Así lo decidió Morena, antes de la elección de junio, con un vulgar avasallamiento consumado en esa decisión, propia de gandayas sin escrúpulos.
El régimen de la 4T se ha hartado de vilipendiar, ofender, patear y humillar la figura de una mujer que, cuando mucho, ha tratado de ser menos dócil que los demás. No se lo perdonan, el régimen quiere sumisión total, por eso el trato de rufianes.
Esa es la ley que pretenden aplicar en el futuro, donde es el Senado quien impone, a través de una insaculación poco profesional, a los candidatos del Poder Judicial.
La Suprema Corte rechazó, en votación mayoritaria, avalar a los candidatos insaculados en tómbola. Pero ¿qué importa? Morena es la ley y será el Senado quien envíe la lista al INE en representación del Poder Judicial.
¿Usted cree que los futuros jueces, magistrados y ministros tendrán el valor de oponerse a decisiones del régimen tras estas exhibiciones de prepotencia y autoritarismo?
De todos modos, en junio los ciudadanos no sabrán ni qué es lo que votarán, tampoco serán quienes contarán los votos. Serán funcionarios del INE los que realicen esa tarea, bajo las órdenes de Guadalupe Taddei.
Sí, la mismísima que está sumida en un grave escándalo, por su estrecha relación con el gobernador Alfonso Durazo, y su cauda de familiares incrustados en el gobierno de Sonora.
Bajo estas muestras de impunidad, los adversarios siguen siendo adversarios. El país sigue profundamente polarizado. Toda la semana han pretendido festinar un hecho que todavía no está resuelto.
Miles de mexicanos han sido deportados y habrá más. La acusación toral contra el gobierno sigue en pie: “Hay una alianza intolerable con los cárteles del narcotráfico”. Es una acusación directa contra AMLO.
Sinaloa, Tabasco, Chiapas, Michoacán, Tamaulipas, Sonora, Guerrero, son la evidencia. Lo delicado del caso, es que pronto, las acusaciones podrían ser contra ella, si sigue defendiendo la impunidad y encubriendo a innombrables.
No es casual que, al día siguiente del acuerdo arancelario, un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos volara por el interior de la península de Baja California. ¿Cuántas veces habíamos visto eso?

Luego colocaron portaviones y bombarderos a 80 kilómetros de las costas de Baja California. Pero la propia mandataria minimizó el hecho y dijo que fue en el espacio aéreo internacional. Y su palabra, es la ley.
No vemos que esos miles de militares que han sido enviados a la frontera norte, sean para proteger a los conciudadanos contra el crimen organizado. ¡Son para contener a los migrantes, que quede claro!
Gobernar con mentiras y sin acuerdos con la oposición es una mala apuesta. A menos que se tenga en mente entronizar una dictadura. Este gobierno, que dice ser popular y democrático, sólo ha tenido acuerdos con el sector privado.
Así lo muestran las fotos de Palacio Nacional. Ella agradeció el “apoyo”, en primer lugar, a las Cámaras industriales y patronales, a sabiendas de que esos sólo están protegiendo sus intereses comerciales.
Ahí no se ve representación de obreros o campesinos. Actualmente, lo más parecido que tiene Morena a un representante de los trabajadores en el Congreso, es un tal Pedro Haces, quien seguramente se fue este fin de semana a EEUU a ver el Super Bowl.
Es el mismo sujeto que revivió la iniciativa que pretendía embargar hasta el 40% del salario de los trabajadores que han pedido préstamos a sus empresas. Ésa es la autoridad moral que dicen tener los de la Cuarta Transformación.