Vidrios delgados y paredes de tablaroca se rompieron en minutos por los fuertes vientos cercanos a 300 km/hr, por lo que especialista de la UNAM considera falta de preocupación por la seguridad de sus huéspedes
Por Nallely Sánchez
El huracán Otis dejó 27 muertos, al menos en el registro oficial, y millones de destrozos en el estado de Guerrero, donde una de las joyas turísticas del país, Acapulco, fue muestra representativa de la devastación ya que lujosos hoteles quedaron sin fachadas completas.
Además de las cuantiosas pérdidas materiales que se tendrán que afrontar, ciudadanos y especialistas han cuestionado a los lujosos hoteles por lo que consideran falta de protocolos de actuación.
Si bien Otis fue un fenómeno atípico ya que en menos de 12 horas tenía el pronóstico de tormenta tropical y escaló a categoría 5, potencialmente catastrófico por llevar ráfagas de viento cercanas a 300 km/h, el Pacífico tiene anualmente una temporada de huracanes que va junio a noviembre.
En el océano Pacífico se esperan año con año más huracanes que en el Caribe mexicano y que en el Golfo de México debido a las condiciones meteorológicas propicias para ellos, por lo que es de esperar que se tomen las precauciones necesarias para poder enfrentar estos fenómenos por más intensos que puedan ser.
Sin embargo ciudadanos evidenciaron falta de comunicación que consideraron negligente al no avisarles de la peligrosidad del fuerte huracán que se avecinaba, además de falta de protocolos para evacuarlos con tiempo a refugios seguros.
Como fue en el caso de Tania Partida Hernández, regidora del ayuntamiento del gobierno de Monterrey, Nuevo León, quien se encontraba en el hotel Princess para asistir a la Convención Minera 2023.