El autor Daniel Cosío Villegas rescató los pasos que haría un presidente priista para designar a su sucesor, según el académico Robert Scott; sin embargo, ¿AMLO estaría replicando dichos pasos rumbo a las elecciones del 2024?
México durante muchos años sobrevivió bajo el mito o realidad, según diferentes académicos y periodistas, que desde que se instauró el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la titularidad del Ejecutivo Federal, los presidentes en turno elegían a su sucesor, práctica que presuntamente habría sobrevivido a la alternancia del 2000 y 2012.
A este fenómeno se le conoció como el “tapado” o “dedazo”, lo que provocó que muchas personas comenzaran a teorizar o a recrear cómo eran los escenarios que se daban entre los que levantaban la mano para ser candidatos a la Presidencia de la República, así como qué pasaba al interior de la cúpula del poder cuando se elegía a la persona que aparecería en la boleta electoral.
La situación sexenal causó un fuerte furor en la sociedad, tanto así que el académico Daniel Cosío Villegas escribió uno de los textos más representativos, La sucesión presidencial, en donde enumeró algunas características del presidencialismo priista; no obstante, también recabó algunas teorías que se hacían en el extranjero sobre el relevo del ejecutivo.
Una de ellas fue la de Robert Scott, un profesor de Ciencia Política estadounidense, el cual analizó algunos procesos electorales mexicanos, con los cuales señaló que existían dos principales pasos que seguía el tricolor cuando se develaba a la persona que sucedería en la presidencia.
Debido a que se trataría de una práctica muy arraigada en el escenario político nacional y, aunque actualmente el poder esté bajo el mando de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), algunos expertos han cuestionado si Andrés Manuel López Obrador (AMLO) seguiría los pasos del partido donde inició su carrera política o dejaría que la militancia tome la decisión.
No obstante, desde que asumió el cargo en 2018, el político tabasqueño ha señalado que él no tomará parte por ninguna de las llamadas “corcholatas”, pues dejará que sea la militancia, mediante una encuesta, decidan quién será la persona que competirá en 2024 por sucederlo.
Existirían algunos indicios que darían pie a un supuesto favoritismo de AMLO por alguno de los cuatro morenistas que han expresado públicamente sus intensiones por ser el o la próxima presidenta mexicana, debido a que han aparecido en eventos donde su presencia no era la principal o los han sentado a su lado, dejando a un lado a los líderes del Poder Judicial o Legislativo. Ante lo cual surge la duda si AMLO estaría replicando o no la práctica del viejo PRI.
¿AMLO sigue los pasos del “destape” con sus “corcholatas?
De acuerdo al texto de Cosío Villegas, Scott habría planteado que el proceso de “destape” tendría dos sencillos pasos: el primero sería una “cuidadosa y secreta” campaña entre los aspirantes a la candidatura; mientras que el segundo, la develación del nombre.
Sin embargo, el paso uno no sería sencillo, pues representaría organización interna del partido y la consolidación de organizaciones —legales o de simple asociación— que pujarían a favor de uno de los aspirantes, con el fin de lograr que alcancen la preferencia del presidente en turno, el cual presuntamente se reuniría con un grupo cercano para tomar la decisión final.
¿AMLO y las corcholatas se apegan al “destape” priista?
Teniendo en cuenta lo anterior, la actual sucesión presidencial se encontraría en el primer paso, pues falta más de un año para que la ciudadanía elija al próximo titular del ejecutivo; no obstante, en este caso la campaña de las corcholatas no ha sido silenciosa o cuidada, por el contrario desde mediados de 2022 se volvió muy pública.
Las aspiraciones fueron de dominio popular desde que, por ejemplo, Ricardo Monreal dio a conocer un “rap” donde destacó sus características políticas; o comenzaron a aparecer bardas o pintas a favor de Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López; también se observó la presencia de Marcelo Ebrard en eventos al interior de la República Mexicana organizados por militantes morenistas.
Sin embargo, lo que sí se ha notado es la creación de grupos u organizaciones al interior de Morena, mismas que se han autonombrado con el nombre de alguna de las “corcholatas” y así han organizado eventos, publicado propaganda en calles o redes sociales, además de haber creado melodías en donde se busca crear afinidad con la ciudadanía.
Conviene aclarar que los cuatro aspirantes han agradecido las muestras de apoyo; sin embargo, se han desapegado de ellas, ya que han considerado que se deben de respetar los tiempos electorales. Eso no ha evitado que la oposición impugne ante las autoridades electorales los hechos.
Aunque el paso de la campaña estaría llevándose a cabo, para poder apuntar que AMLO está siguiendo los pasos del viejo PRI, tendría que tomar mayor protagonismo en la decisión, es decir, dar declaraciones más directas sobre algunos de los cuatro; sin embargo, el mandatario ha reconocido a los dos secretarios de Estado, al senador y a la jefa de Gobierno como los aspirantes morenista a sucederlo.
Tanto así que, en medio de un problema en el Senado de la República debido a que no se nombró a un comisionado del INAI, el mandatario recibió en Palacio Nacional a los legisladores de la 4T para charlar con ellos sobre el periodo legislativo; sin embargo, en la mesa principal sentó a las corcholatas a su lado, mostrando el protagonismo que tendrían al interior del partido guinda.
Asimismo, faltaría que el nombre sea dado a conocer por un personaje fuerte en la organización del morenismo, no por el presidente. En caso de que dicha acción se cumpliera, entonces, se podría afirmar que sí se trata de una similitud con el presidencialismo priista, pero hasta el momento serían las corcholatas las que replicarían y habrían aumentado algunas acciones que se realizaban en el pasado.