A la aspirante presidencial de Oposición, Xóchitl Gálvez, se le cayó el discurso en al menos cuatro ocasiones; mientras, reía nerviosa en lo que se restablecían las líneas del telepromter.
«Superarme no fue sencillo, requirió valor y carácter, pude haber claudicado muchas veces, motivos y obstáculos no me faltaron; la verdad de las cosas es que lo he intentado más de una ocasión… y ya se me fue el discurso«, dijo la legisladora y comenzó a reír en lo que esperaba que le reinstalaran la pantalla.
«¡Presidenta, presidenta, presidenta!», reaccionaron los militantes de PRI, PAN y PRD, reunidos en las primeras filas, para arroparla, mientras pedía que le acercaran un iPad.
Su hija Diana le acercó más tarde un iPad que rechazó, fijando su mirada en el atril, donde leía su mensaje.
«Hace casi 30 años, en este mismo lugar, Luis Donaldo Colosio veía un México con hambre y sed de justicia; hace 30 años… la iPad, la iPad…», repitió la aspirante presidencial de Oposición.
«Hoy eso sigue siendo verdad, millones de mexicanos siguen teniendo hambre de sed y de justicia, a todos ellos, a todas ellas…», volvió a interrumpir, ya molesta, y con una mueca solicitó el iPad a su hija.
«A todos ellos, a todas ellas, les tenemos que dar respuestas y esas respuestas no están en el pasado porque como bien decía Heberto Castillo, no mires de dónde vienes, sino a dónde vas».
Distraída con los contratiempos y entre risas nerviosas, la senadora Gálvez avanzó en sus líneas y, en algún momento, se alejó de los micrófonos instalados en el atril, en un intento por interactuar con sus simpatizantes, sin darse cuenta que su voz se perdía.
«Cito al gran Maquío, mi lucha no es para que tú creas en mi ni en mis sueños, sino para que tú creas en ti y creas en tus sueños», citó.