Funcionarios mexicanos y estadounidenses acordaron trabajar juntos más estrechamente para abordar la migración récord en su frontera compartida, dijeron los gobiernos de los países en un comunicado conjunto el jueves, un día después de conversaciones de alto nivel para detener cifras récord.
Luego de una visita a México del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, los países dijeron que buscarían fortalecer una iniciativa de patrocinio para migrantes venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos y buscarían abordar las causas fundamentales de la migración.
Las delegaciones, que se reunirán nuevamente en Washington el próximo mes, también discutieron la regularización de la situación de los beneficiarios del programa estadounidense de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), los llamados Dreamers, que fueron traídos al país ilegalmente cuando eran niños, y inmigrantes hispanos indocumentados desde hace mucho tiempo que viven en los Estados Unidos.
Las conversaciones se produjeron después de que Estados Unidos cerrara temporalmente algunos cruces fronterizos para redistribuir agentes para hacer cumplir la ley, lo que provocó una desaceleración del comercio y críticas de los republicanos a las políticas fronterizas de la administración Biden. Se espera que la inmigración y la frontera sean los temas principales en las elecciones estadounidenses de 2024 , donde el presidente Joe Biden, un demócrata, se postula para un segundo mandato.
El jueves temprano, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que las dos partes habían acordado mantener abiertos los cruces fronterizos después de los cierres temporales.
«Este acuerdo está logrado, ya se están abriendo los pasos ferroviarios y los puentes fronterizos para normalizar la situación», dijo López Obrador en conferencia de prensa matutina.
López Obrador dijo que las reuniones del miércoles con la delegación estadounidense fueron «directas» y elogió la relación de la administración Biden con México.
‘FE EN DIOS’
Más de medio millón de migrantes cruzaron este año la peligrosa jungla del Tapón del Darién que conecta Sudamérica con Centroamérica –el doble del récord del año pasado– y muchos huyeron de la delincuencia, la pobreza y los conflictos para buscar mejores perspectivas en Estados Unidos.
La última de una serie de caravanas de migrantes y solicitantes de asilo, muchos de ellos con niños pequeños, avanza lentamente por el sur de México en dirección a la frontera con Estados Unidos. López Obrador estimó que la caravana cuenta con unas 1.500 personas pero algunos activistas y medios locales han elevado la cifra a 7.000.
«Tenemos que tener fe en Dios», dijo el migrante hondureño Marvin Mejías mientras viajaba con su hijo, quien fue operado del pie. Mejías dijo que esperaba que los gobiernos hubieran llegado a un acuerdo que le ayudaría a entrar a Estados Unidos y poder trabajar allí.
López Obrador dijo que el tema del fentanilo, un opioide poderoso y mortal que los cárteles mexicanos han estado traficando hacia Estados Unidos, «apenas se discutió» en la reunión del miércoles.
Estados Unidos ha estado presionando a México para que haga más para combatir el tráfico de fentanilo , mientras que México ha estado presionando para que Estados Unidos tenga controles más estrictos para evitar que las armas de fuego estadounidenses lleguen a los poderosos cárteles.
Información de Ana Isabel Martínez y Aida Peláez-Fernández en Ciudad de México y José Torres en Escuintla; Edición de Mark Porter y Rosalba O’Brien