Cometer un delito y acabar en prisión puede suponer la ruina de una carrera o una penitencia para crear un mito. Repasamos diez casos que, en ocasiones, cumplieron dos condenas: la de la justicia y la del público
Felicity Huffman ha sido uno de los rostros televisivos más reconocibles de la década de los 2000 gracias a sus papeles en Mujeres desesperadas o American Crime. También la última en pasar por un rito que, según el tipo de celebridad que seas y cuál sea tu perfil y tu trabajo, puede ser una forma de arruinar tu imagen o de forjar tu mito. Suele ser lo primero para las mujeres y lo segundo para los hombre, aunque no siempre. La de Huffman fue una vivencia breve, apenas once días, pero en su caso fue suficiente para dañar irremediablemente su carrera, tal como desveló al diario británico The Guardian. Es sólo una más de una larga lista de actores y actrices que en algún momento, antes o después de su triunfo, descubrieron que delinquir tiene consecuencias.
Felicity Huffman
Tiempo en prisión: 11 días
El caso de Felicity Huffman podría ser parte de una de las tramas de Lynette Scavo, su personaje en Mujeres desesperadas. Querer conseguir con dinero lo que su hija no había logrado por sus propios méritos la convirtió en el rostro más visible de la Operación Varsity Blues. Una trama que movió unos 25 millones en sobornos para facilitar el acceso a las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, esas que, supuestamente, solo admiten la excelencia, gracias a notas manipuladas y habilidades deportivas que no eran tales. Huffman, en concreto, abonó más de 15.000 dólares para que mejorasen los exámenes de su hija mayor.
“Sentí que tenía que darle la posibilidad de tener un futuro. Era el futuro de mi hija… lo que significaba que debía romper la ley”, declaró en una entrevista en la cadena ABC. “Sé que parece una locura, pero sentía que de no hacerlo sería una mala madre”. La actriz defendió durante el juicio que su hija, que finalmente no fue aceptada por la universidad, no sabía nada de la trama. Tampoco su marido, el también actor Willam H. Macy, protagonista de Fargo y Shameless, que no fue imputado. Tras un juicio que hizo las delicias de los tabloides por el perfil de sus implicados, Huffman se declaró culpable. Fue condenada a 14 días en prisión, un año en libertad condicional y 250 horas de servicios a la comunidad, además de una multa de 30.000 dólares.
De los catorce días estipulados tan sólo pasó once en prisión. Apenas una semana y media, pero una vida en términos reputacionales. Siguió recibiendo ofertas, aunque nada a la altura de la carrera de una estrella televisiva que había estado nominada al Oscar por su papel en Transamérica (2005). Esta semana lo ha reconocido en una entrevista a The Guardian con motivo de su inminente paso por el Park Theatre de Londres. “Hice un episodio piloto y la serie no salió adelante. Ha sido duro. Es como si parte de tu vieja vida concluyera y tú murieras con ella”. Su hija, por cierto, repitió el examen y consiguió las notas necesarias.
Robert Downey Jr.
Tiempo en prisión: 18 meses
Durante los noventa Robert Downey Jr. se metió en tantos problemas que era más frecuente ver su sonrisa burlona en fichas policiales que en las alfombras rojas. Iniciado en las drogas por su padre cuando apenas tenía seis años, acumuló una lista de antecedentes tan prolija como variada: tenencia de armas y drogas, conducir desnudo, consumir drogas en lugares públicos, violar la libertad condicional, incluso por allanar la propiedad de sus vecinos y dormirse en la cama de su hijo pequeño.
El incidente más grave se produjo en 1996 cuando le arrestaron por llevar encima heroína, cocaína y un Magnum descargado. Fue condenado a tres años de libertad condicional y obligado a someterse a pruebas de drogas obligatorias que se saltó regularmente lo que le llevó a pasar seis meses en la cárcel. No aprendió la lección, en 1999 volvió a saltarse un test de drogas y esta vez la pena de prisión fue de quince meses, aunque finalmente pasó menos de un año en prisión. “Podías sentir el mal en el aire, era como estar en un vecindario muy malo”, declaró en el podcast Armchair Expert de Dax Shepard. “No había ninguna oportunidad allí, sólo amenazas”. Aquel ambiente terrible no evitó que el actor se integrase, en la Navidad de 1999 ya dirigía el grupo de coros navideños de la prisión.
La vida tras la prisión: Que su errática vida no le haya pasado excesiva factura a su carrera se debe a su gran profesionalidad en el plató, a pesar de todos sus desmanes jamás ha faltado a un rodaje ni han tenido tensión alguna con unos compañeros que siempre lo han apoyado incondicionalmente. Cuando salió de prisión fue Mel Gibson quien respondió financieramente por él ya que ninguna aseguradora estaba dispuesta a avalarlo, algo que le llevó a perder un papel en Melinda y Melinda de Woody Allen. El apoyo de Gibson, otro que sabe muy bien lo que son los escándalos, le permitió reengancharse a su carrera e incluso conseguir una nominación al Oscar por Tropic Thunder. A pesar de ello muchos se echaron las manos a la cabeza cuando supieron que sería Iron Man, no porque no tenga un carisma equivalente al de Tony Stark ni un talento incuestionable como demostró en Chaplin o Jóvenes prodigiosos, sino porque sus excesos con las drogas y el alcohol le convertían en el reverso de lo que se esperaba de un superhéroe destinado a todos los públicos. El riesgo mereció la pena, Downey vio su nombre entre los de los actores mejor pagados de Hollywood y se convirtió en la columna vertebral del UCM. Y como hay vida más allá de Marvel, este año es uno de los favoritos a hacerse con el Oscar al mejor actor secundario por su papel en Oppenheimer.
Mark Wahlberg
Tiempo en prisión: 45 días
Cuando se hacía llamar Marky Mark y ejercía de rapero y modelo era el malote oficial de la industria del entretenimiento. En los noventa su sonrisa displicente competía en atención con sus abdominales y con los calzoncillos que anunciaba en el icónico anuncio de Calvin Klein. Wahlberg no fingía: era realmente un pandillero desde los trece años cuya brevísima biografía estaba plagada de incidentes violentos y racistas. Con trece años él y sus amigos lanzaron piedras y profirieron insultos racistas contra una excursión de alumnos de raza negra. Un par de años después asaltó a dos hombres vietnamitas para robarles una caja de cerveza. A uno le rompió un bate de beisbol en la cabeza mientras le gritaba improperios xenófobos y al otro lo golpeó en la cara con tanta vehemencia que lo dejó ciego de un ojo. Recibió una condena de dos años, pero sólo pasó 45 días en un correccional. Una experiencia que le cambió la vida. “Me di cuenta de cuáles eran las cosas positivas que me ayudarían a tener éxito, a tener un futuro, mi libertad, una carrera y, con suerte, una familia. Fue cuando recuperé mi fe, volví a ir a misa y comencé a trabajar como un miembro productivo de nuestra comunidad”, declaró a EL PAÍS.
Hoy ni siquiera el nombre queda del adicto a las sustancias y a las trifulcas. Wahlberg es un católico devoto y abnegado padre de familia que ha consolidado su carrera en Hollywood gracias a títulos como Boogie Nights, por la que logró una nominación al Oscar (aunque él reniega hoy de la que es indudablemente su mejor película), Ted, o su paso por la saga Transformers. El otrora chico malo que llegó a convertirse en el actor mejor pagado de Hollywood es también un productor avispado como demostró con proyectos como El séquito o Boardwalk Empire y un emprendedor apasionado. Su nombre está tras una cadena de hamburguesas, gimnasios, ropa deportiva y hasta agua embotellada. Hoy Walhberg es sinónimo de cine… para todos los públicos.
Wesley Snipes
Tiempo en prisión: dos años y medio
Lo tenía todo para haber sido una de las grandes estrellas del siglo XXI. Demostró su valía como héroe de acción en Demolition man y Pasajero 57, dejo ver su vis cómica en Los blancos no la saben meter y A Wong Foo, gracias por todo (la respuesta americana a Priscilla, reina del desierto), se sumó a la denuncia social de Spike Lee en Jungle fever y fue un amante atormentado en Después de una noche de Mike Figgins. Pero ningún papel le dio más relevancia que Blade (1998), el cazavampiros que supuso el primer gran éxito de Marvel antes del UCM y uno de los detonantes de lo que estaba por llegar.
Su popularidad no impedía que se filtrasen noticias sobre sus malos modos. Jennifer López denunció que durante el rodaje de Asalto al tren del dinero intentó ligar con ella en varias ocasiones y no llevo bien las negativas en la tercera entrega fue Ryan Reynolds quién sufrió su carácter (no le habló en todo el rodaje). Pero lo que causó su caída fue su paso por prisión. El actor fue condenado a 36 meses de cárcel en 2008 por no declarar impuestos entre 1999 y 2004, lo que equivalía a haber estafado al fisco 1,9 millones de euros. Snipes cumplió condena en una prisión federal en Pensilvania.
Fue puesto en libertad en 2013 tras pasar dos años y medio en prisión y no tardó en comprobar que los viejos amigos no iban a darle la espalda. Sylvester Stallone, que ya le había ofrecido participar en la primera parte de Los mercenarios, le llamó para la tercera parte, en la que interpretó a un personaje recién liberado de la cárcel, puro cinema verité. Tampoco le dejó en la estacada Spike Lee, que le dio un papel en la olvidable Chi-raq.
Isabel Pantoja
Tiempo en prisión: 16 meses
La imagen es historia de España. A las 19:55 del 22 de noviembre de 2014, la actriz y cantante Isabel Pantoja atravesó el umbral de la prisión de Alcalá de Guadaíra flanqueada por dos funcionarias de prisiones para cumplir dos años de condena por blanqueo de capital. El suyo era el rostro más mediático de la Operación Malaya, por la que también fue detenido su antigua pareja Julián Muñoz, ex alcalde de Marbella. Fue una noticia no por esperada menos sorprendente, dada la falta de antecedentes de la tonadillera y la duración de la condena nadie esperaba que diese con sus huesos en la cárcel, pero esta vez la justicia decidió demostrar que era igual para todos.”Los jueces no debemos ser ajenos a lo que siente la ciudadanía y sí que hay mayor sensibilidad hacia los casos de corrupción”, sostuvo el presidente de la Audiencia de Málaga, Antonio Alcalá que manifestaba también su falta de arrepentimiento. “Un personaje público, además, tiene que ser ejemplar”.
El 2 de marzo de 2016 la actriz salió de la cárcel para continuar su pena en libertad condicional y afrontar sus compromisos profesionales. Unos meses después grabó un disco y se incorporó al universo Mediaset, con el que tantas rencillas había mantenido, como concursante estrella de Supervivientes. Este año su agenda está llena de conciertos por toda España para celebrar sus cincuenta años de carrera.
Gerard Depardieu
Tiempo en prisión: Tres semanas
La vida del actor Gerard Depardieu podría ser la de cualquiera de los personajes que interpretó en los primeros años de su carrera. Su autobiografía Ca s’est fait comme ça comienza con un recuerdo terrible: los infructuosos intentos de su madre por evitar su nacimiento: “Sobreviví a todas las violencias que mi madre se infligía con agujas de tejer”. De adolescente fue un delincuente callejero que se prostituyó con hombres y robó las joyas y los zapatos de cadáveres. Una espiral que le llevó a la cárcel con tan sólo dieciséis años, tras ser sorprendido robando un coche.
Tras su estancia en la cárcel siguió delinquiendo, pero un cazatalentos que vio el potencial de su atractivo le centró en una carrera tan prolífica como exitosa que sobrevive a pesar de las noticias que desde hace años han surgido en torno a su figura. En 1991, una entrevista en la que el actor reconocía haber participado en violaciones en su juventud dinamitó sus posibilidades de hacerse con el Oscar por Cyrano de Bergerac. En Francia aseguraron que se trataba de una mala traducción de sus palabras y Jack Lang, por entonces ministro de Cultura, denunció un “golpe bajo” contra una de sus luminarias. La defensa a ultranza de las autoridades francesas no ha decaído. Tras ser acusado de violencia sexual por 13 mujeres y con tres denuncias por agresión y violación en marcha, una cincuentena de artistas entre los que se encuentra Victoria Abril pidieron en una columna publicada en Le Figaro que cesase el “linchamiento” del actor. Unos días antes había sido el presidente Macron el que aseguraba que al actor no se le iba a retirar la Legión de Honor, la máxima distinción francesa y que él no iba a participar en ninguna “cacería al hombre”.
Lindsay Lohan
Tiempo en prisión: 14 días
Películas como Tú a Londres y yo a California la convirtieron en la estrella más prometedora de Disney, Ponte en mi lugar en ídolo adolescente y El último show de Robert Altman, donde compartió pantalla con Meryl Streep, confirmó que era una actriz deslumbrante, pero la noche se interpuso y durante el segundo lustro de los dos mil formó con Paris Hilton y Britney Spears el trío favorito de los paparazzi.
Ya no era Lindsay Lohan, era LiLo, una de las figuras favoritas de los tabloides gracias a sus relaciones con hombres y mujeres, los desmanes etílicos y sus frecuentes accidentes de coche. Finalmente sus andanzas nocturnas le pasaron factura. En mayo de 2007 fue arrestada por conducir bajo la influencia del alcohol, dos meses después volvió a ser detenida por posesión de cocaína. Fue el inició de una sucesión de detenciones, pasos por rehabilitación y libertades condicionales transgredidas. Compareció ante el tribunal más de veinte veces y violó la condicional en cuatro ocasiones, lo que la llevó a acumular penas de más de seis meses de cárcel, pero gracias al hacinamiento de las prisiones femeninas californianas tan sólo permaneció entre rejas dos semanas, a las que se sumaron treinta y cinco días en arresto domiciliario y sesenta días de servicio comunitario en la morgue del condado de Los Ángeles.
Sus constantes pasos por el juzgado le hicieron perder varios papeles, entre ellos el de Linda Lovelace, que acabó interpretando Amanda Seyfried. De pronto todo lo que hacía cosechaba unas críticas feroces. En 2013, Oprah Winfrey quiso echarle un cable con la serie documental Lindsay, pero lo que iba a narrar su renacimiento se convirtió en su enésimo fracaso. Tampoco fueron exitosos su paso por la industria de la moda (colaboró con Ungaro), o sus negocios hosteleros. Mejor resultó su película navideña en Netflix, Navidad de golpe, tanto que se ha confirmado que habrá nuevos trabajos de la actriz en la plataforma. En cine, su último papel ha sido un brevísimo cameo en el remake de Chicas malas, la película que la convirtió en una estrella global, por el que ha cobrado medio millón de dólares.
Danny Trejo
Tiempo en prisión: 11 años
Para los seguidores de Breaking bad es el tipo cuya cabeza termina sobre el caparazón de una tortuga. También es, según un estudio, el actor que ha muerto más veces en pantalla, tal vez porque es uno de los intérpretes que más veces ha aparecido en una pantalla. Acumula más de 400 créditos en la base de datos cinematográfica IMDB y tiene treinta proyectos pendientes. Tal vez su nombre diga menos que su rostro curtido, sus imponentes tatuajes y su melena,, un físico que le ha especializado en delincuentes o presos. Él lo fue en la vida real, como contó en el documental El recluso número 1: el ascenso de Danny Trejo. “Es un milagro, porque se suponía que yo no debía vivir más allá de la década de los sesenta”, declaró al programa de radio Newsbeat de la BBC.
Trejo, de 79 años en la actualidad, comenzó a consumir drogas duras siendo apenas un niño y en la década de los sesenta entró y salió de la cárcel varias veces, por distintos cargos. Tras un robo a mano armada pasó once años en San Quintín, donde se convirtió en el mejor boxeador del penal.
Después de abandonar la cárcel decidió cambiar su vida. Trabajó como jardinero, capataz de mano de obra y extra. Fue en un plató donde Eric Roberts, el hermano de Julia, le pidió que le enseñara a boxear para la película El tren del infierno. Su buen trabajo hizo que los directores y agentes de casting comenzaran a recomendarlo cada vez más. Desde entonces sólo ha vuelto a la cárcel para dar charlas motivacionales e inspirar a los más jóvenes y dejarles claro que “no importa dónde comienzas, es donde terminas”.
Michelle Rodríguez
Tiempo en prisión: 20 días
Para interpretar a la boxeadora de Girlfight (1999) compitió con más de 300 actrices. Fue su debut en el cine y desde entonces se ha especializado en papeles de mujer dura, ya sea conduciendo peligrosamente en la franquicia Fast and Furious, combatiendo zombies en Resident Evil o impartiendo justicia en Los hombres de Harrelson. Pero Rodriguez no es rápida y furiosa solamente en la pantalla. En 2002, fue detenida por agredir a su compañera de piso, aunque los cargos fueron retirados después de que la supuesta víctima se negara a declarar en los tribunales. Un año después la detuvieron por conducir bajo los efectos del alcohol y darse a la fuga y un año después, además, de ebria, conducía sin carnet. Pasó dos días en la cárcel por ello.
Su incidente más relevante llegó durante la grabación de Perdidos donde interpretaba a Ana Lucía. De nuevo conducía a una velocidad que habría emocionado a Toretto, pero no a las autoridades de Hawai ni a Disney, propietaria de la cadena ABC. A pesar de ser uno de los mejores personajes de la segunda temporada, fue fulminada de la serie. Eso no la arredró: en 2007 volvieron a arrestarla por violar la libertad condicional y condenada a 180 días de prisión de los que tan sólo cumplió dieciocho.
Su paso por la cárcel no sólo no afectó a su carrera, más allá del despido en Perdidos, sino que fomentó su imagen de mujer peligrosa del que se nutren casi todos sus personajes. Tras salir de la serie de ABC participó en Avatar y continuó su pasó triunfal por la saga de los rápidos y furiosos, un éxito que amenazó con abandonar si su personaje no tenía más sustancia y aparecían más mujeres en pantalla. “Espero que decidan mostrar algo de amor por las mujeres de la saga en la próxima película o es posible que tenga que decir adiós a esta querida saga», escribió en Instagram.
Lori Loughlin
Tiempo en prisión: Dos meses
La tía Becky de Padres forzosos fue otra de las ilustres implicadas en la Operación Varsity Blues, pero al contrario de lo que sucedió con Huffman y William H. Macy, aquí el marido de Loughlin, el diseñador de moda Mossimo Giannulli, fue también acusado por la fiscalía de pagar medio millón de dólares para que sus hijas (una de ellas la influencer Olivia Jade, novia del actor Jacob Elordi) fueran incluidas en el equipo de remo de la Universidad del Sur de California aunque ninguna de ellas había remado jamás. “Seguí un plan para darle a mis hijas una ventaja injusta que solo logra exacerbar las desigualdades existentes”, admitió durante el juicio. Tras declararse culpables, Loughlin fue condenada a dos meses en prisión una multa de 150.000 dólares más dos años de libertad condicional y un total de 100 horas de servicios a la comunidad. Su marido fue condenado a cinco meses y una multa de 250.000 dólares.
Tras su ingreso en la cárcel la actriz borró sus redes sociales y se mantuvo en un segundo plano. Apenas fue vista por el público en un par de ocasiones: durante una fiesta de Kris Jenner y en una publicación de John Stamos en su cuenta de Instagram, que hizo las delicias de los seguidores de Padres Forzosos. Su vuelta al trabajo también ha sido lenta. Hallmark canceló su serie When Calls the Heart y no participó en la última temporada de Madres forzosas. La cadena conservadora GAC Family, una excisión de Hallmark especializada, más aún, en películas familiares, sí le abrió sus puertas y ha participado ya en tres de sus proyectos.