Un análisis del periodico EL PAÍS exhibe más de 70 ataques y acusaciones cruzadas en el primer cara a cara de la campaña. Xóchitl Gálvez se concentró en derribar a Sheinbaum, que entró en el combate cuerpo a cuerpo más de lo que se esperaba
“Dama de hielo”, “mentirosa y corrupta”, “la candidata del peor PRI de la historia”. El primer debate presidencial dejó mucho ruido y pocas propuestas, con tres contendientes que no dudaron en ponerse los guantes para golpear a sus rivales y defenderse cuando fueron puestos contra las cuerdas. El primer careo de la campaña dejó más de 70 ataques y acusaciones cruzadas entre los aspirantes, según un análisis de EL PAÍS a partir de sus intervenciones y sus palabras más frecuentes.
Xóchitl Gálvez repitió “Claudia” más de 27 veces en dos horas de discusión. Claudia Sheinbaum reviró con 20 menciones sobre el “PRIAN” y su candidata, a quien nunca mencionó por su nombre. Jorge Álvarez Máynez no se quedó atrás con una decena de críticas contra la “vieja política”. Desde las descalificaciones personales hasta los casos de corrupción más sonados, el conteo pone al descubierto las estrategias, prioridades y promesas de cambio en los mensajes que ofrecieron las tres candidaturas en su primera presentación de la campaña.
El primer debate cubrió seis temas: Salud, Educación, Transparencia, combate a la corrupción, lucha contra la discriminación y violencia contra las mujeres. “Mujer” tuvo un papel protagónico y fue la cuarta palabra más utilizada entre las casi 13.000 que pronunciaron los tres candidatos, con 57 menciones, sólo detrás de “México” (63 veces), “más” (59) y “yo” (58). “Salud” y “corrupción” se cuelan entre las 10 ideas con más peso en el intercambio, con alrededor de 40 menciones. Se habló mucho menos de Educación (19 veces), Transparencia (17) y discriminación, que sólo apareció en cuatro ocasiones.
En el debate, se hizo mención sólo tres veces de la comunidad LGBTIQ+ y seis veces de los grupos indígenas, aunque “niño” y “niña” aparecieron cerca de 47 veces en conjunto. Ninguno habló de forma explícita del aborto y sólo se hizo una alusión al feminismo de forma indirecta. “Es el movimiento más importante de nuestro tiempo”, contestó Máynez a pregunta de Denise Maerker. El análisis excluye preposiciones, artículos y otros términos que se repiten, pero que no dicen mucho por sí mismos.
La ofensiva de Xóchitl Gálvez
La candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México -integrada por el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD)- marcó el tono del debate desde su primera intervención. “Claudia Sheinbaum te viene a ofrecer que sigan los abrazos a los delincuentes, que siga la falta de medicamentos”, dijo Gálvez en su mensaje inicial.
La aspirante opositora ha apostado por una estrategia de contraste, diferenciarse de sus rivales y acortar distancias frente a Sheinbaum, la puntera en las encuestas. “Yo”, una palabra que puede parecer hueca en sí misma, es el término más utilizado por la exsenadora (38 veces): le permite presentarse de forma cercana ante los votantes, formular propuestas y retar a sus contrincantes. “Yo no sé por qué no te atreviste a aplicar la ciencia durante la pandemia”, lanzó a Sheinbaum durante el primer segmento.
Gálvez allanó el terreno desde el inicio para tratar de hacer trompicar a la candidata de Morena, el partido gobernante. Utilizó el bloque de salud para traer a la mesa la polémica de los niños con cáncer sin acceso a medicamentos, el manejo de la pandemia o el colapso del Colegio Rébsamen. “Te quedaste callada. Eso te define como una mujer fría y sin corazón”. “Insisto, eres una mujer fría y sin corazón”. “No tienes corazón”, repitió en el primer bloque. “Yo te llamaría la dama de hielo”, remató hacia la mitad del debate.
Claudia fue el disparador de los ataques: “Claudia, la prueba que presentas es más falsa que tu acento tabasqueño”. “Claudia, no te equivoques, presumen a AMLO, pero no eres AMLO, no tienes ni su carisma”, se lee en las transcripciones. Gálvez habló tres veces de la tragedia de la Línea 12, dos de Rocío Nahle y otras tres sobre Manuel Bartlett, así como de los señalamientos de corrupción contra los hijos del presidente. En cambio, sólo interpeló a Máynez por nombre una vez. “Usted perteneció al sistema que tanto critica”, zanjó.
Hubo, sin embargo, algunos ajustes frente a lo que se había visto durante el primer mes de campaña. Gálvez no hizo ninguna mención en el debate sobre el “miedo”, la columna vertebral de su discurso y su eslogan más utilizado. Tan solo en la primera semana de la contienda, “miedo” apareció al menos 173 veces durante los recorridos que hizo por el país. La candidata dio peso a las “mujeres” (31 repeticiones) y a las críticas al “Gobierno” (18 ocasiones), y habló por igual de Salud y Corrupción, 14 veces. “Soy una mujer honesta”, repitió en un par de ocasiones. “Este 2 de junio, México elegirá a la primera mujer presidenta, pero no será cualquier mujer, será una mujer mexicana de raíces indígenas”, dijo en su cierre.
La respuesta de Sheinbaum
La candidata de Morena batalló al inicio con los problemas técnicos del reloj que medía sus intervenciones, pero tardó poco en responder a los cuestionamientos de Gálvez. “Es deleznable lucrar con el dolor de las personas, nunca seremos así”, dijo en su primera respuesta. Sheinbaum aguantó los primeros golpes y fue devolviéndolos mientras avanzaba el debate. Su rival parece haber hecho lo opuesto: empezó duro, pero prácticamente no habló de ella en el tramo final.
La regla de oro de la aspirante oficialista fue no referirse a Gálvez por su nombre, encasillarla y capitalizar el desgaste de las marcas electorales del PRI y el PAN. “La candidata del PRIAN pues la verdad es que dice muchas mentiras”, comentó. “Así las mentiras del PRIAN”. “Vamos a hablar de los contratos de la candidata del PRIAN”, señaló al vincularla con contrataciones irregulares durante su mandato en Miguel Hidalgo. Reforzó la idea con 12 menciones sobre corrupción, dos sobre Felipe Calderón y cuatro del periodo “neoliberal”. “Vamos a hablar de la corrupción, porque lo peor, además de ser mentirosa, es ser corrupta y ser mentirosa”, agregó.
Sheinbaum apostó por hablar de su mandato como jefa de Gobierno como carta de presentación y para imprimir su sello en la llamada Cuarta Transformación, el proyecto político de Andrés Manuel López Obrador. La aspirante habló 19 veces de la “ciudad” y ocho de haber sido “jefa”. “Ya lo hice en la Ciudad de México”. “Lo hicimos en la Ciudad de México”. “Lo hice en la Ciudad de México con excelentes resultados”. Habló, en contraste, sólo dos veces de López Obrador y cinco del “presidente”. “Es un hecho que hoy tenemos un presidente honesto, nunca podrán decir lo mismo de los presidentes del PRIAN”, dijo. “Les voy a decir los premios, los reconocimientos que tuve como jefa de Gobierno”, agregó.
“Gobierno” aparece 19 veces en su discurso, pero con un uso diametralmente opuesto al de su rival. Al igual que Gálvez, sólo se refirió una vez al candidato de MC: “Que conteste el candidato Máynez”. Sheinbaum dio peso a lo “nacional” para referirse al nombre de algunas instituciones, pero también para presentar sus planes como gobernante. “Lo vamos a hacer a nivel nacional”, señaló en varias ocasiones.
Además, puso énfasis en lo “público”, mencionado casi una veintena de veces para discutir sobre la “salud pública” y la “educación pública”. “Vamos” (23 repeticiones) es un refuerzo positivo y recurrente de su discurso: “Vamos por buen camino”, “vamos a hacerlo funcionar mejor”, “vamos a seguir con la austeridad republicana”. A diferencia de Gálvez, prefiere hablar desde lo colectivo y no desde la primera persona del singular. Dijo “yo” sólo siete veces, una quinta parte comparado con su rival.
La tercera opción de Máynez
Darse a conocer entre la población estaba en la parte más alta de la lista de prioridades del candidato de Movimiento Ciudadano. Máynez fue el que más habló de Máynez (tres veces), con una presentación al inicio y un saludo en lengua de señas que se viralizó. El aspirante naranja habló 26 veces del “sistema”, como un vehículo para diagnosticar los problemas del país, para formular propuestas o para criticar la corrupción. “La corrupción es un sistema; un sistema que se construye justamente por la relación que hay entre dinero y política”, dijo.
Formado como parlamentario, la nube de palabras de Máynez discurre sobre el “Gobierno” (19 repeticiones), de las “personas” (16 veces) y de la “política” (14). Habló más de los niños (13) que de cualquier otro colectivo. “Por el bien de todos, primero las niñas y los niños”, afirmó. Máynez encontró su hueco en el debate, al criticar las “campañas” (12 veces) de sus rivales y a la “vieja política”. “Las campañas anticipadas ilegales”. “Pagaron una campaña política millonaria”. “Las candidatas empezaron las campañas meses, años antes”, reprochó.
Pero no todo fue abstracto. El candidato de MC lanzó varios nombres propios para hacer tambalear a sus rivales o para buscar ser más convincente. Criticó las cuentas de Manlio Fabio Beltrones en Andorra, los Lamborghinis de Alejandro Alito Moreno, el reparto de notarias promovido por Marko Cortés, la gestión de la pandemia de Hugo López Gatell o el paso por el Gobierno de Vicente Fox, Calderón y Enrique Peña Nieto. Defendió al líder de su formación, Dante Delgado. Habló de cómo negociaría con Donald Trump.
También interpeló tres veces a la “doctora Sheinbaum” y otras tres a “Xóchitl”, en un intento por desmarcarse de sus rivales y tumbar la idea de que su candidatura es testimonial. “Qué bueno que la gente conozca el verdadero rostro de Xóchitl”, dijo. “El Gobierno de la doctora Sheinbaum le compró a esta empresa sancionada e inhabilitada desde 2020″, acusó. “Estamos demostrando por qué no querían una tercera opción en la contienda, porque es mejor al pasado y al presente que la vieja política representa”, señaló en su intervención final. Los tres candidatos se verán las caras para el segundo de tres debates el próximo 28 de abril.