Andrés Manuel López Obrador, ANTIYANQUI

¿Cuál de todos sus traumas infantiles y juveniles no resueltos mantiene a Andrés Manuel López Obrador anclado en el pasado?

Su comportamiento político revela que, pese a su encargo como jefe del gobierno capitalino, sus recorridos por toda la geografía nacional en tres sucesivas campañas presidenciales, y su actual cargo como titular del Ejecutivo Federal no han logrado que madure.

Y es que, de acuerdo a los expertos, la causa de quedarse atrapado lejos del presente está siempre relacionada con una resolución no satisfactoria de un hecho más o menos traumático.

El psicólogo Damián Murga lo apunta con claridad:

“Cuando hablamos de quedarnos atrapados en el pasado podemos entenderlo desde dos puntos de vista, uno más consciente que tiene que ver con el recuerdo y uno inconsciente que tiene que ver con la repetición de ciertas conductas”.

Ser activamente antiyanqui es una de esas conductas de AMLO, que seguramente adoptó en su adolescencia, escuchando trovas cubanas, admirando al Che Guevara y llamando “aguas negras del imperialismo” al refresco Coca-Cola.

Se muestra antiyanqui no nada más por su acercamiento a los países caribeños, centro y sudamericanos con regímenes autoritarios de dizque izquierda –que a la postre resultan ser más reaccionarios y violadores de los derechos humanos que cualquiera al que se considere derechista–, también con aquellos otros como Rusia o, incluso, el grupo terrorista Hamás que de ninguna manera se alinean con las políticas estadounidenses.

Repetir en sus matinés electoreras-cómico-musicales que nuestro país es soberano, independiente y bla, bla, bla, cada ocasión en la que algún verdadero periodista le interroga sobre asuntos como el regalo del petróleo al régimen cubano, los conflictos con EU y con Canadá por caprichitos en materia de energía eléctrica o alimentaria en el caso del maíz transgénico, pone al descubierto su fobia hacia el vecino país del norte.

¿Será que alguna vez solicitó una visa para visitar Disneylandia y se la negaron los cónsules del gobierno estadounidense?

Se atribuye al chiapaneco Jorge de la Vega Domínguez –uno de los dos negociadores del gobierno federal con el estudiantado en el conflicto de 1968– el haber acuñado aquello de que se vale ser rebelde en la juventud… pero seguir siéndolo a los 40 es una verdadera pendejada.

Así, pues, con el antiyanqui López Obrador.

Aunque cada vez que se ha entrevistado con un Presidente de Estados Unidos, ya sea Donald Trump o Joseph Biden, se achicopale.

¿A poco no?