AMLO se refirió en dos ocasiones al asesinato de Colosio este jueves al tiempo que ignoró que Trump haya vuelto a calificar de «animales» a los migrantes.
Lejos de condenar lo dicho por Trump en Michigan, AMLO insistió en que con 20 mil millones de dólares resuelve el problema de la migración.
Según AMLO, no quiere irse «sin aclarar» el caso Colosio, por lo que pedirá a Gertz Manero que, después de la elección, presente el informe.
Este jueves 4 de abril, la actividad matutina de la Presidencia de la República regresó al tema del asesinato de Luis Donaldo Colosio, un hecho ocurrido hace 30 años y del que no hay duda de que al menos uno de los autores materiales del asesinato ya purgó la condena que la legislación vigente en aquel entonces establecía, como si fuera una prioridad nacional.
Poco antes de la nueve de la mañana, luego de abordar brevemente la situación que desde hace 14 años viven los familiares de las víctimas de Ayotzinapa, Andrés Manuel López Obrador inició uno de sus soliloquios que, en su parte sustantiva, presentó la idea de pedir al fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, un “informe” sobre la situación como fundamental para la salud de la nación.
Aunque dijo que el informe lo pediría para después de las elecciones, de todos modos aprovechó la actividad convocada hoy en Palacio Nacional para anunciarlo. Como ya es frecuente en los dichos de López Obrador sobre el caso Colosio lo fundamental para él parece ser el posible papel de Genaro García Luna quien, en todo caso, ya purga una condena en Estados Unidos por delitos cometidos en México que las autoridades mexicanas fueron incapaces de investigar y procesar.
Esos delitos, por cierto, fueron originalmente investigados, documentados y fueron materia de un juicio que realizaron las mismas autoridades estadunidenses a las que López Obrador descalifica cuando esas autoridades de la nación vecina centran su interés en colaboradores o excolaboradores del actual presidente de México.
López Obrador volvería, poco más de una hora después, a hablar del caso Colosio al referirse a la carta que le habría enviado Mario Aburto, quien ha aceptado ser el autor material del magnicidio y ha purgado ya la pena que estipulaba la legislación vigente en Baja California cuando ocurrieron los hechos.
A pesar de ello, López Obrador insistió en que no quiere irse “sin que se aclare el caso Colosio”, posibilidad que se antoja difícil pues incluso si el informe de Gertz se publicara el 3 de junio, cualquier revelación que presentara, especialmente si se revierten los procesos, algo poco probable, debería litigarse durante años antes de que hubiera alguna claridad sobre lo ocurrido en Lomas Taurinas en marzo de 1994.
Un poco después de esa segunda referencia al caso Colosio, López Obrador lamentó la actitud de las autoridades de Israel respecto de Andrés Roemer, quien interpuso otro recurso legal en el sistema legal de aquel país para retrasar su eventual extradición a México, donde le esperan procesos por abuso y violencia sexual.
Hacia el final de la conferencia eludió hablar de Juan Pablo Sánchez Gálvez, hijo de Xóchitl Gálvez, de quien ayer se difundió en redes sociales y durante la sesión del Senado de la República un vídeo en el que insultaba al personal de un restaurante o bar de la Ciudad de México.
Ello le dio pie para salir a la defensa de sus propios hijos que han sido denunciados por su papel en la asignación de contratos directos, no concursados, para el llamado Tren Maya.