Novatadas, tardeadas, kermeses, etc., era común en otra época se llevaran a cabo como actividades para dar la «bienvenida» a los alumnos de nuevo ingreso en los planteles educativos desde secundaria hasta universidad. En la actualidad la recomendación es evitar este tipo de actividades por los riesgos que representa en la población estudiantil.
En la última década son cientos de casos donde los accidentes han cobrado la vida de inocentes, como el caso del estudiante normalista muriera tras ser golpeado en una novatada en el Estado de México en junio de este año
En la ciudad de Chihuahua no es la excepción. Tenemos como ejemplo la facultad de medicina donde a los novatos entre otras pruebas, los hacían entrar a una fosa llena de desechos orgánicos e inorgánicos, (lo que la imaginación a los estudiantes «veteranos» les surgiera), y si algún novato no accedía en ingresar a la pestilente fosa, recibirían un castigo humillante como el pintarles el cuerpo semidesnudo con marcador permanente y/o maquillaje.
Fue en una de estas novatadas de la facultad de medicina en donde un chico sufrió choque anafiláctico al ser alérgico a uno de los componentes químicos de la tinta de esos marcadores. Fue entonces que Rectoría emitió la recomendación para que se prohibiera esta práctica de inicio de ciclo escolar.
Recientemente otro caso sucedió en el plantel Chihuahua 1 del Conalep donde se organizó una actividad tipo kermes, instalaron puestos para vender en su mayoría productos chatarra. A las autoridades de les ocurrió rentar un toro mecánico y poner sonido para animar la «kermes estudiantil», fue entonces que un estudiante del turno vespertino perdiera el conocimiento teniendo convulsiones al parecer epilépticas, sin embargo, no está muy claro lo que causó tal suceso, las versiones de los compañeros son varias, no así de los directivos.
El asunto se ha manejado con cierto hermetismo, el director sabe que los padres del alumno pueden denunciar ante las autoridades la falta de medidas preventivas y de supervisión en este evento.
Al chico se le “atendió” pidiendo una ambulancia posterior al percance, cuando la ley de protección civil señala que para eventos como el mencionado debe haber una unidad con paramédicos por un determinado número de asistentes.
En el transcurso de la semana se “invitó” a los docentes que imparten cátedra en el salón donde está el joven accidentado con la finalidad de disertar sobre el comportamiento y desempeño de él, propiciando la división de opiniones entre los maestros. Llamó la atención cómo una maestra conminó al director para que denunciara a los padres del joven accidentado ante al dif, aseverando que el adolescente está medicado y no le han suministrado el tratamiento por lo que ello fue la causa de incidente y la maestra «dictaminó» que es omisión de cuidados.
Lo cierto es que el caso en este plantel educativo está plagado de irregularidades, omisiones y juicios a priori. Entonces surge las preguntas: ¿Qué medidas aplicará la dirección general del Conalep?, ¿la Secretaría de educación?, ¿derechos humanos? o ¿cualquier otra instancia competente?, la respuesta es sabida lamentablemente.