Los secretarios de Sheinbaum buscarán convencer a Trump de los avances de México en materia de combate al narcotráfico y de las ventajas del TMEC.
Sheinbaum y Mario Delgado informaron de los cambios en los procedimientos de acceso al bachillerato en México.
Sheinbaum acusó recibo de una carta de Google que informa de cómo resolverá el cambio ordenado por Trump respecto del Golfo de México.
La actividad en Palacio Nacional este lunes 17 de enero siguió lo que ya es una costumbre que muy probablemente nos acompañará por los próximos cuatro años al menos: la presidente mexicana reacciona, en menor o mayor medida, a lo que dice el presidente de Estados Unidos en las horas o días previos.
La misión a Washington
Fue en ese sentido que Claudia Sheinbaum anunció el envío de dos grupos de sus funcionarios a negociar con sus contrapartes estadunidenses. El primero será encabezado, al menos en el papel, por Omar García Harfuch, secretario de seguridad del gobierno federal y el segundo lo será por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón quien, una vez más, deberá lidiar con los caprichos de Donald Trump quien, repetidamente presume de cómo Ebrard cedió rápidamente, cuando el también exjefe de gobierno del Distrito Federal fue secretario de Exteriores de Andrés Manuel López Obrador.
Haya cedido o no a la velocidad con la que alardea Trump, lo que es un hecho es que Ebrard aceptó los términos del programa “Quédate en México”, que es una versión similar a la de cualquier acuerdo de “Tercer País Seguro” que Trump impuso a otros países de América Latina en su primera presidencia. Lo único que cambia es el nombre.
México debió aceptar, en la lógica de López Obrador y Ebrard, por razones “humanitarias”, la presencia de miles de personas de distintos países que Estados Unidos no podía o no deseaba recibir inmediatamente como refugiados o solicitantes de asilo.
Esa situación que se atenuó durante el gobierno de Joe Biden, se impuso de nuevo el mismo día que Trump reasumió la presidencia, cuando miles de personas recibieron en sus correos electrónicos o teléfonos celulares mensajes del gobierno de Estados Unidos en los que se les informaba que sus citas, ya programadas, se cancelaban sin ofrecer alguna esperanza de solución a corto plazo.
Se vuelve grave la situación, además, por el virtual cierre del gobierno de Estados Unidos forzado por las acciones de Elon Musk, que observadores de la escena política estadunidense, como Michael Moore, con razón, consideran equivalente a un golpe de Estado que amenaza no sólo la capacidad de Estados Unidos para cumplir sus compromisos con sus ciudadanos, sino para intervenir en la escena global.
Sheinbaum no ofreció mayores detalles de las misiones que encabezarán en Washington, DC, García Harfuch y Ebrard Casaubón, pero no es difícil imaginar que la primera tendría como objetivo probar que efectivamente el gobierno de México, ahora sí, se va a tomar en serio la responsabilidad de impedir el tráfico de China a Estados Unidos de fentanilo y para contener la violencia que sólo mejora cuando se compara a Sheinbaum con López Obrador, pero que es peor de la que ocurría durante las presidencias de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa.
La segunda misión intentará probarle a Trump que el tratado comercial que él firmó con Justin Trudeau y con López Obrador, el así llamado TMEC, vale la pena, que es útil para las economías de los tres países.