AMLO envía militares a Ecuador para traer a la embajadora Serur

AMLO envía los militares luego de que ayer el gobierno de Ecuador declarara «no grata» a la embajadora mexicana Raquel Serur, aunque no se rompen relaciones.

Verónica Sarauz, viuda de Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia de Ecuador asesinado en 2023, pidió silencio a AMLO.

Sarauz reiteró las denuncias que hizo su marido desde prinicipios de esta década sobre el papel de AMLO y el gobierno de México en la ola de violencia que ahoga a Ecuador.

Este viernes 5 de abril, la actividad convocada por Presidencia de la República se presentó como interesada en evitar que, con motivo del eclipse total de sol que será visible en la franja diagonal que va de Tamaulipas a Sinaloa el próximo lunes 8 pudiera haber daños a la salud de las personas.

Se confirmó que varios de los estados que están en la zona más directamente involucrada con ese fenómeno suspendieron sus clases para evitar que sus estudiantes pudieran cometer imprudencias al observar el fenómeno.

Sin embargo, la dinámica del conflicto ideológico que Andrés Manuel López Obrador incita contra otros presidentes de América Latina, así como sus excesos verbales, hicieron que buena parte de la actividad estuviera centrada en el conflicto que ha surgido desde ayer con el gobierno de Ecuador.

En ese sentido, aunque para el gobierno de Ecuador y el de Argentina hubo puyas y reproches, cuando se le preguntó a López Obrador por la manera en que transcurre la elección en Venezuela, lo que hubo fue silencio.

Y es que el trato que da López Obrador a los gobiernos de Venezuela y Argentina, ellos mismos enfrascados ahora en un conflicto diplomático, no podría ser más diferente.

Mientras que desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional frecuentemente se critica al gobierno de Javier Milei por la manera en que se reprime a quienes, por ejemplo, protestan por los recortes en la nómina del gobierno nacional y/o por los brutales aumentos que, según informó ayer el diario La Nación, alcanzarían índices de 460 por ciento, cuando se trata de la situación en Venezuela y el gobierno de Nicolás Maduro, lo que hay es silencio.

 
Portada de La Nación de Buenos Aires del 4 de abril de 2024, con notas sobre la represión y los aumentos.

Fue así como, por ahí de las nueve y media, López Obrador eludió comentar sobre el hecho que Milei le haya rebasado en la encuesta de supuesta popularidad de jefes de gobierno que tanto se presume en Palacio Nacional, 20 minutos después, cuando faltaban poco menos de diez minutos para las diez, eludió decir algo sobre la situación en Venezuela.

Lejos de reconocer que tanto en Buenos Aires como en Caracas se toman medidas que violan los derechos humanos de argentinos y venezolanos, López Obrador aprovechó la pregunta sobre la situación en Venezuela, para volver a decirse víctima de una vasta conspiración en su contra.

Poco antes, López Obrador había hablado de que su gobierno maniobraba para traer a México a Jorge Glas, exvicepresidente de ese país, aunque no quedó claro la razón para que lo hagan así los funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

En la lógica de la conspiración permanente en su contra, López Obrador se presentó como víctima del enojo de “las oligarquías” y comparó el conflicto recién creado ahora con Ecuador, con el que también creó cuando desconoció la legislación vigente en Perú que le da el derecho al Congreso de ese país de destituir como lo hizo a Pedro Castillo, quien ahora espera enfrentar un juicio en su país.

 
Capturas de pantalla de la transmisión del 5 de abril de 2024.

Según López Obrador, Ecuador “tenía ganas de pelearse con nosotros”. En ese sentido, minimizó lo que los familiares de Fernando Villavicencio han dicho acerca de las razones de su asesinato.

Como se informó en su momento, Villavicencio era candidato a la presidencia de su país luego de una larga carrera como periodista que le había llevado a denunciar, entre otras cosas, el papel y el peso de los cárteles mexicanos de la droga en la ola de violencia que ahoga a ese país desde por lo menos principios de esta década.

Villavicencio se había convertido en una molestia tanto para el gobierno de Guillermo Lasso, un personaje ligado a la extrema derecha de aquel país, miembro del Opus Dei, como de Rafael Correa, a quien López Obrador frecuentemente elogia.

Los comentarios que respecto a Ecuador hizo ayer, provocaron irritación y molestia en la viuda de Villavicencio, quien publicó en la red social antes conocida como Twitter el mensaje que aparece inmediatamente después de este párrafo.

En él, Verónica Sarauz, evidenciaba las contradicciones de la interpretación que López Obrador dio al asesinato de Villavicencio y le pide, entre otras cosas, que guarde silencio.

Lejos de ello, López Obrador optó, como suele hacerlo, por presentarse como víctima y por desestimar lo dicho por la viuda, al tiempo que habló de una suerte de agresión a la embajada de México en la capital de Ecuador.

En ese sentido, debe señalarse que la vigilancia sobre la representación mexicana allá es ya una constante desde finales del año pasado, como se puede ver en esta nota publicada por el diario ecuatoriano Expreso el 18 de diciembre de 2023. En ella se acusa al gobierno de México de proteger a operadores políticos del correísmo.

Captura de pantalla de una nota del 18 de diciembre de 2023 del diario Expreso de Quito.
Según dijo López Obrador, Glas pide asilo “y nosotros consideramos sagrado el derecho de asilo. Depende si el gobierno de Ecuador lo permite, lo que estaban buscando es que nosotros aceptáramos que entraran a la embajada o que les entregáramos al (ex)vicepresidente y eso no lo podemos hacer, es una cuestión de principios.”

También anunció, en ese sentido, que le ha pedido a “la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, que se emita un comunicado para que se respete el derecho de asilo para que no vayan a allanar la embajada de México en Ecuador.”

La entrada principal de la embajada de México en Quito, capital de Ecuador. Imagen de Google Maps.
No es claro que Ecuador trate de violar la integridad de la embajada mexicana en Quito, pero es claro que en un contexto así, los comentarios que hizo ayer López Obrador acerca del asesinato de Villavicencio lejos de favorecer la distensión del conflicto entre los dos países, ha terminado por ampliarlo.