AMLO compara al INE con «la Santa Inquisición»

AMLO también dijo “estar muy indefenso ante los bombardeos constantes y tóxicos de la radio y la televisión” y se dijo “víctima de una campaña de bots

Reprochó la «guerra sucia» contra su director de Comunicación Social Jesús Ramírez Cuevas; «no es cierto que actúa sin que yo esté enterado.”

AMLO habló así a pesar de que el término «guerra sucia» es un concepto para describir las operaciones de contrainsurgencia lanzadas por gobiernos militares de América Latina en los sesenta y setenta.

La actividad matutina de la Presidencia de la República transcurrió en medio de reproches a los enemigos políticos de Andrés Manuel López Obrador, de ataques a la autoridad electoral a la que hoy comparó con la Santa Inquisición, así como de ataques a los medios de comunicación o periodistas que no siguen al pie de la letra las ideas que durante las actividades en el Salón Tesorería se presentan como posición del gobierno en funciones.

A los medios les reprochó los acuerdos que algunos dueños de periódicos, algunos de ellos ya fallecidos o retirados de sus actividades, llegaron con Felipe Calderón Hinojosa y en los que -en cualquiera de los casos- no participaron durante aquel sexenio todos los medios y ni siquiera todos los periodistas que escribían o tenían algún espacio en los medios cuyos dueños se apersonaron con el entonces presidente.

Fue en ese sentido que presentó en Palacio Nacional la imagen que se reproduce a continuación.

 
López Obrador presenta la imagen de Felipe Calderón con los dueños de los medios de comunicación durante el sexenio del michoacano.

Aunque hoy mismo López Obrador negó atacar a periodistas, habló—por ahí del cuarto para las diez—de “periodistas que se disfrazan de independientes” e insistió en los reproches, más cercanos a la pugna personal que a las declaraciones que uno espera de un jefe de Estado, de periodistas a quienes ataca desde el primer día de su gobierno.

En esa misma lógica de su presidencia como víctima de una vasta conspiración, incluso dijo “estar muy indefenso ante los bombardeos constantes y tóxicos de la radio y la televisión” y se dijo, de manera expresa, “víctima de una campaña de bots”, idea que sus aliados con espacios en estaciones de radio, como Epigmenio Ibarra en Radio Fórmula, viene repitiendo desde finales de febrero de este año.

Hoy hubo, además, un “espaldarazo”, como rezaba la crónica política mexicana del siglo pasado al director de comunicación social de la propia Presidencia, Jesús Ramírez, a quien—a tono con la posición del gobierno federal—López Obrador como víctima de una campaña en su contra.

Dijo lamentar que haya una “guerra sucia” contra Ramírez Cuevas, de quien dijo “siempre ha luchado por causas justas y lo ha acompañado en todo el camino para lograr la transformación. No es cierto que actúa sin que yo esté enterado.”

Guerra sucia, sin embargo, es un concepto para referirse a las operaciones de contrainsurgencia que los gobiernos de América Latina usaron para desaparecer a opositores en los sesenta y setenta.

Respecto del Instituto Nacional Electoral dijo, al compararlo con la Santa Inquisición que fue notificado que no puede usar el término “oligarquía corrupta”. Lejos de reconocer algún error de su parte por la manera en que lanza acusaciones a diario sin presentar pruebas o evidencia alguna de sus dichos, se mofó de la autoridad electoral al compararla con el antiguo tribunal de la Iglesia Católica y dijo que “por eso ahora vamos a utilizar conservadurismo corrupto, en cuanto nos notifiquen.”

López Obrador minimizó el descarrilamiento ocurrido el mediodía de ayer lunes en las vías del Tren Maya. Dijo que su gobierno habrá de investigar los hechos, pero eludió profundizar en el asunto.

Eludió hablar del secuestro masivo ocurrido en Sinaloa el viernes de la semana pasada del que ayer dijo, para destacar lo obvio, que era consecuencia de enfrentamientos entre grupos de narcotraficantes en aquel estado.

Por ahí de las nueve de la mañana adelantó una defensa de su programa para entregar 660 dólares a cada migrante que el gobierno de México y su contraparte en Venezuela regresen a aquel país.

Ello para hacerle frente a la crisis en la frontera entre México y Estados Unidos. AMLO incluso habló de la posibilidad de llegar a acuerdos similares con otros gobiernos de la región con grandes contingentes de personas en México.