El mandatario escenifica el éxito de la operación en un evento simbólico desde una instalación en San Luis Potosí, una “de las primeras” plantas generadoras privadas que pudieron operar en el país
A partir de hoy, Iberdrola deja de ser la mayor empresa privada generadora de electricidad en México y el presidente Andrés Manuel López Obrador lo celebró visitando una planta que aseguró es “una de las primeras que iniciaron en el periodo de privatización” previo a su Administración. El lunes, Iberdrola recibió los 6.200 millones de dólares que México pagó por 13 generadoras en una transacción condicionada por el regulador anti monopolio. A cambio, cedió el 55% de sus negocios en la segunda economía de Latinoamérica.
“Nosotros somos partidarios de la economía mixta”, dijo López Obrador en la ceremonia con tintes electorales en que se develó una pequeña placa que marca la “nacionalización” de lo que era una planta de Iberdrola. En el escenario también estaban el presidente de la empresa española Ignacio Sáchez Galán, el secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O y el director general de la empresa estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett. “Les planteé ‘a ver, hagamos un acuerdo: 54% el interés público, 46% el interés privado. Vamos a arreglarnos así’”, compartió el mandatario.
Antes de su llegada al municipio de Tamazunchale, en el centronorte de la República, durante su conferencia de prensa matutina, López Obrador explicó que las instalaciones elegidas para la ceremonia eran especiales por su historia. “Vamos a una planta que hasta ayer era de Iberdrola, hasta ayer, y ya se adquirió. Esa planta es muy importante porque fue de las primeras que iniciaron en el periodo de privatización de la industria eléctrica; entonces, es muy simbólico el que se vaya a esa planta, que ya pasa a ser una empresa pública, se regresa lo privado a lo público”, dijo el presidente.
Iberdrola, cuya expansión en el país la había convertido en la mayor generadora de energía eléctrica en el sector privado, fue blanco de ataques por parte de López Obrador. El mandatario lo reconoció, diciendo: ”Nos dimos un entre al principio, no crean, pero ni él ni yo estamos para pleitos”, dijo, refiriéndose a Sánchez Galán, para quien pidió un aplauso.
“Este acuerdo es consecuencia de la reunión que mantuvimos apenas hace cuatro años en el Palacio Nacional en el que nos indicó las líneas maestras de su política energética y nos transmitió su deseo de que comenzáramos un diálogo constructivo y abierto para alcanzar un acuerdo que hiciera efectiva esa política”, dijo Sánchez Galán.
Para costear la adquisición de los activos, la deuda pública incrementará en 2.420 millones de dólares informó Ramírez de la O durante su intervención. “Promoveremos el uso de ahorros en los fondos de pensiones, las Afores y otros inversionistas institucionales que así participan en la utilidad de las operaciones en beneficio de los trabajadores y del pueblo de México”, dijo el funcionario, en referencia al capital que resta por recabar. “Con la adición de la capacidad de las centrales que están incluidas en esta operación, la capacidad del Estado mexicano, incluida la CFE, pasará del 39% de la generación total al 56%”, agregó Ramírez de la O.
Las condiciones de Competencia
El 15 de febrero, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) autorizó la compra de los activos de Iberdrola por parte del fideicomiso público Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) bajo ciertas condiciones. El Fondo realizó la adquisición a través de un vehículo financiero privado de la empresa Mexican Infrastructure Partners. Para garantizar la competencia en el mercado, Cofece impuso como condición que Fonadin no tenga una participación mayor al 51%, que el parque de 8.500 megawatts no sea operado también por el Estado, sino por un operador independiente y prohibió el intercambio de información sensible entre competidores. Una vez aceptadas las condiciones, la transacción se llevó a cabo y ahora corresponde a Cofece vigilar que las condiciones se cumplan durante diez años.
“Esto va a significar que la Comisión Federal de Electricidad [la empresa estatal] y el gobierno, que es del pueblo, ya tenga más del 50% de la generación de energía eléctrica para que se siga abasteciendo a todos los usuarios, a todos los consumidores de energía eléctrica, barata, sin fines de lucro”, dijo López Obrador el martes por la mañana en conferencia de prensa.
Si esto convierte al Estado en el generador preponderante de electricidad es una cuestión sujeta a interpretación. Si bien el Estado es el dueño de las plantas, la Cofece impuso como condición que no puede ser el mismo Estado el que las opere. Si embargo, López Obrador ha asegurado en varias ocasiones que con la compra, la CFE tendrá más del 50% de la generación nacional.
La empresa del Estado reportó el martes una utilidad 16% más alta en el último trimestre del año pasado en comparación con al mismo trimestre de 2022, según informó la empresa en un comunicado. En el comparativo anual, los ingresos totales anuales de 2023 sumaron 644.361 millones de pesos, cifra 3,8% más alta respecto al acumulado anual de 2022. Su utilidad es la más alta en 10 años, aseguró la CFE.
“Lo anterior fue impulsado por mayores ventas de energía eléctrica”, reza el comunicado, “a nivel sectorial, la mayor demanda de electricidad en 2023 se registró principalmente en los usuarios domésticos, industriales agrícolas y comerciales, en sintonía con el crecimiento de la economía mexicana observado en el mismo periodo de 3,2%”.