Recientemente el gobierno mexicano, vía Omar García Harfuch, incautó una tonelada presuntamente de pastillas de fentanilo en Sinaloa.
Expertos y críticos cuestionan la autenticidad de la operación y los métodos utilizados por las autoridades en el decomiso de una tonelada de pastillas de fentanilo.
El fentanilo ha cobrado la vida de más de 100 mil personas en un año en Estados Unidos.
Por Guadalupe Lizárraga
Claudia Sheinbaum celebró recientemente en su conferencia matutina lo que calificó como un “decomiso histórico” en la lucha contra el narcotráfico en México, refiriéndose a la incautación de una tonelada de pastillas de fentanilo, equivalentes a 20 millones de dosis y con un valor en el mercado de más de 8 mil millones de pesos (394 millones de dólares), según la versión de sus subalternos.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, presentó como evidencia unas fotografías de una camioneta pick up Ford, llena de supuestas pastillas de fentanilo. Las imágenes fueron difundidas por la prensa extranjera y rápidamente se viralizaron en redes sociales, donde comenzaron a suscitar críticas y suspicacias.
Podría ser una mentira más, podría no serlo, tienen que leerlo.
¿HISTÓRICA INCAUTACIÓN O MANIPULACIÓN HISTÓRICA?
Una camioneta vieja cargada hasta el tope de una tonelada de fentanilo.
Quizá muchos ciudadanos sí sean estúpidos hasta decir “Es un honor estar con Obrador”, pero… pic.twitter.com/vxByXFZBYw
— Neoliberalover (@neoliberalover) December 4, 2024
La imagen de la camioneta roja cargada con las pastillas ha generado controversia sobre la autenticidad de la incautación. Aunque las autoridades mexicanas la han calificado como una de las mayores incautaciones de drogas en la historia del país, muchos cuestionan tanto la veracidad de la información como los métodos empleados en la operación policial.
La camioneta en cuestión es una unidad de modelo antiguo y aparentemente desproporcionada para el volumen de droga que transportaba. El vehículo ha sido objeto de análisis por expertos y usuarios de las redes sociales. Se especula que el vehículo no sería una opción viable para el transporte de tal cantidad de fentanilo, dado que los traficantes de drogas suelen ser sumamente cautelosos y expertos en el camuflaje de su mercancía para evitar ser detectados. La elección de un vehículo antiguo, comúnmente asociado con el transporte de chatarra, parece poco razonable para quienes operan en el tráfico internacional de drogas, donde los riesgos son elevados y los castigos severos.
Sin embargo, personas con experiencia en el tráfico de drogas aseguran que el vehiculo es perfecto para el propósito, y reitera: «el traslado de una tonelada de pastillas es completamente factible en un vehículo como el que mostraron las autoridades mexicanas». Xavier C., entrevistado para Los Ángeles Press, en el puente fronterizo entre San Isidro, California, y Tijuana, Baja California, aclara que no se trata de una tonelada de fentanilo puro, sino de pastillas de efedrina que podrían haber sido procesadas con fentanilo.
Al explicar el proceso utilizado en Tijuana, en su experiencia, alude que ese tipo de pastillas son conocidas como «pastas», y subraya que la verdadera pregunta que hay que hacer es qué porcentaje de fentanilo contiene cada pastilla. Según Xavier, los análisis químicos realizados por las autoridades consisten en disolver las pastillas en ciertas sustancias y, a través de la coloración resultante, determinan los componentes. Las autoridades conocen los porcentajes de fentanilo en estas pastillas y, al encontrarlos, los generalizan como si fueran fentanilo puro, porque es la droga que los tiene en problemas, dice el entrevistado. No obstante, aclara que se trata, «sin temor a equivocarse», de pastillas de efedrina adulteradas con aditivos de fentanilo.
Otro punto que ha levantado dudas en redes sociales es el estado físico de la camioneta. No muestra signos de sobrecarga ni vidrios rotos, lo que sugiere que no hubo enfrentamientos violentos con los conductores. Esto ha llevado a algunos a cuestionar la autenticidad del hallazgo. Sin embargo, para Xavier, esto tiene explicación: los traficantes no utilizan vehículos nuevos, ya que minimizan costos en caso de que la operación no sea exitosa. “Un vehículo potente llama la atención, y en Sinaloa es muy identificable”, dice, explicando que los traficantes prefieren vehículos discretos para evitar ser detectados.
El riesgo asociado al manejo de fentanilo también ha sido un tema de debate. Videos circulan en internet mostrando cómo el contacto con pequeñas cantidades de fentanilo puede intoxicar gravemente a oficiales de policía. Esto refuerza la explicación de Xavier sobre la composición de las pastillas. Muchos se preguntan, si realmente se trataba de una carga tan peligrosa, por qué los traficantes habrían optado por un transporte tan arriesgado y sin protección. La respuesta podría ser que no era fentanilo puro, como se presentó ante los medios.
A este panorama se suma la amplia campaña mediática que difundió la noticia en varios idiomas, especialmente en medios internacionales. La información fue publicada en inglés, francés y alemán, en medios europeos y estadounidenses.
El contexto de esta acción del gobierno mexicano también responde a la presión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien condicionó la subida de aranceles a los productos mexicanos si no se detenía el tráfico ilegal de drogas hacia su país.
Los decomisos de García Luna en tiempos de Calderón
Bajo la dirección de Genaro García Luna, el Gobierno de México se especializó en simular una lucha contra el narcotráfico, con decomisos, detenciones de personas inocentes y campañas mediáticas. Omar García Harfuch, exintegrante del equipo de García Luna, no es ajeno a estos métodos.
En este contexto, algunos críticos sugieren que podría tratarse de un montaje diseñado para construir una narrativa sobre la lucha contra el narcotráfico y las acciones del gobierno. Aunque las autoridades han presentado pruebas de la incautación, la falta de evidencias concluyentes sobre la autenticidad del fentanilo y las circunstancias del operativo mantiene abierta la posibilidad de que la historia sea más compleja de lo que se ha revelado a la prensa.