El líder sindical Pedro Miguel Haces Barba tomó protesta por tercera vez al frente de la Confederación Autónoma de Trabajadores de México (CATEM).
La CATEM, una central obrera que podría llegar a ser la más importante del país.
Por José Luis Camacho Acevedo
Anoche, en un apoteósico evento celebrado en un Teatro Metropolitan lleno hasta los topes, con representaciones de delegados provenientes de todo el país, la CATEM celebró su asamblea ordinaria. En esta, Pedro Haces Barba fue reelecto como líder de esta central obrera, que pinta para ser, en muy poco tiempo, la más importante del país.
Estuvieron presentes personalidades como Paco Cervantes, del CCE; la alcaldesa de Copándaro, Mary Tena; el presidente de la Cámara de Diputados; líderes migrantes, entre otras figuras de alto calibre, quienes acompañaron a Pedro Haces en una reunión fuera de lo común. No fue solo la asamblea de una central obrera, sino también una demostración de una capacidad de convocatoria extraordinaria, como la que tiene Pedro Haces.
No hay político que no haya sido objeto de crítica.
Recordaba a mi maestro, y maestro de muchos otros, aunque lo nieguen, don Pancho Galindo Ochoa, quien solía decir:
—Mire, José Luis, nunca se le olvide decirle al que se queje por alguna crítica que usted le haga, que en política uno debe estar consciente de que se mete para dar y recibir. Si tiene la piel muy delgada, mejor que se dedique a otros asuntos, algo que tiene vigencia desde antes de Maquiavelo.
Y Pedro Haces es un personaje que no tiene la piel delgada.
No tiene desperdicio, para retratarlo sin matices, la entrevista que le hizo mi entrañable amigo Francisco Garfias en su columna de Excélsior.
El evento del que hacemos una breve narrativa tiene una gran trascendencia política.
Fui testigo de cómo se manejó el operativo para tomar preso a Joaquín Hernández Galicia, la famosa «Quina», en tiempos de Carlos Salinas de Gortari.
He visto entronizarse a dirigentes como el telefonista Hernández Juárez, que hoy le rinde pleitesía a Napoleón Gómez Urrutia, dueño de un historial más oscuro que el del Chapo Guzmán, y he visto caer, radicalmente alejados de sus móviles originales, a otros dirigentes de centrales como las casi extintas CROC y CROM. Sin embargo, no he conocido a ninguno con el carácter de Pedro Haces, quien, como le dijo a Pancho Garfias, no se espanta de la crítica. Su presente y su pasado están a la vista de todo el mundo.
El segundo piso de la 4T ya tiene un prototipo de dirigente obrero moderno en Pedro Haces Barba.