El caso Pelicot: un símbolo de lucha por las víctimas de abuso sexual

El caso de Gisèle Pelicot ha impactado el sistema de justicia en Francia obligándolo a responder a los derechos de las víctimas de abuso sexual.

Gisèle Pelicot, de 71 años, una mujer normal convertida en un símbolo de lucha mundialmente reconocido, publica Libération sobre su caso de abuso sexual.

De víctima de abuso sexual, se convierte en heroína para millones de mujeres: «Quería que todas las mujeres víctimas de violación pudieran decir ‘La señora Pelicot lo hizo, nosotras también podemos hacerlo'», explica ella.

Por Rodolfo Soriano Núñez

En Francia, ésta será una semana clave para Gisèle Pelicot. Ella fue víctima de abuso sexual por parte de su exmarido. Durante años, Dominique Pelicot la drogó y organizó encuentros a través de Internet, con decenas de hombres que la violaban mientras ella permanecía inconsciente. Dominique también es acusado por tomar fotografías a su hija desnuda, quien afirma también haber sido violada, además de su hermano y tías.

Estos actos se registraron en video y fotografías, organizándolos meticulosamente en carpetas dentro de su disco duro. Frente a las contundentes pruebas presentadas, Pelicot admitió su culpabilidad en los cargos de violación. El periódico francés Libération y otros medios importantes de Francia y Europa han informado sobre los posibles resultados del fallo.

No es que haya expectativas de que la justicia pueda absolver a su exmarido. Todo lo contrario, Dominique ya ha aceptado su culpabilidad, pero como suele ocurrir en casos como éste, está jugando una carta que acostumbran los depredadores sexuales: hacerse pasar por víctima de una enfermedad que le lleva a buscar el placer sexual a toda costa.

La justicia francesa decidirá si se acepta esa excusa y le ofrece algún trato. Además, hay algunas dudas sobre cuántos de los 51 hombres que abusaron de Gisèle conseguirán algún trato. Algunos de ellos afirman que Dominique, el exmarido de Gisèle, la “ofreció” como parte de algún tipo de fantasía sexual.

El miércoles 20 de noviembre, durante el juicio, Gisèle descartó esa idea al preguntar: «Cuando entras en un dormitorio y ves un cuerpo inmóvil, ¿en qué momento (decides) continuar” con la supuesta fantasía?, y añadió: «¿por qué no fuiste inmediatamente a denunciarlo a la policía?».

Ella no era consciente de la magnitud de los abusos que sufría hasta que, en 2020, la policía confiscó los vídeos de Dominique, después de que un vigilante de seguridad lo denunciara por filmar debajo de las faldas de mujeres. Allí quedó claro que Gisèle había sido víctima de algún tipo de abuso elaborado. Eso condujo a la investigación policial que finalmente obligó a un juicio.

 
Giséle Pelicot, el nombre de una lucha. Edición de Libération del 19 de noviembre de 2024.

La lucha de Gisèle y su impacto en Francia

Como subraya Libération y otros medios de comunicación francófonos, Gisèle es ahora un símbolo. Libération incluso la llama «icono feminista» porque luchó para permitir un juicio abierto, renunciando a su anonimato para que el mundo se enterara de la violencia sufrida. Generalmente, los tribunales franceses suelen tratar este tipo de casos en el más absoluto secreto.

La excusa habitual para ello es que la ley protege a las víctimas cuando, en realidad, las leyes francesas y de otros países europeos y latinoamericanos protegen a los depredadores, con mecanismos como la imposición de multas punitivas a los medios de comunicación que publican el nombre completo de los sospechosos.

La lucha de Gisèle por un juicio abierto obligó a la judicatura francesa a reconsiderar su postura y, aunque el procedimiento estándar sigue siendo un juicio a puerta cerrada, al menos las víctimas de abuso sexual ahora tienen la oportunidad de utilizar el caso de Gisèle como precedente para abrir sus juicios. No se trata sólo de mostrar a los cómplices de Dominique, sino también de alentar a otras posibles víctimas a presentarse.

Esa idea se resume en un eslogan ahora popular en Francia que se puede traducir como “La vergüenza debe cambiar de bando”, que aparece en la imagen que muestra el apoyo a Gisèle en Francia y en otras partes de Europa.

 
La vergüenza cambia de bando o de campo.

Gisèle también obligó a reconsiderar la ley francesa en materia de consentimiento, ya que algunos de los 51 hombres acusados de abusar de ella afirmaron, siguiendo antiguas interpretaciones de las leyes matrimoniales en Francia y Europa, que un marido tenía cierto derecho a “consentir” el abuso sexual de su esposa o sus hijos. En ese sentido, Gisèle es un icono no sólo en Francia o Europa, sino en todo el mundo. La sentencia se conocerá alrededor del 20 de diciembre, y enfrenta la pena máxima en Francia que es de 20 años para el delito de violación.

Un ejemplo del impacto de Giséle lo ofrece la imagen que aparece como principal de este texto que muestra a Pelicot y a Giulia Cecchettin, una estudiante universitaria italiana cuyo entonces novio, Filippo Turetta, la asesinó el 11 de noviembre de 2023.

Otros casos en Francia

Jean-Marc Sauvé, el responsable principal de la investigación más completa sobre el abuso sexual del clero, se presentó para abordar algunas preocupaciones sobre el silencio de su equipo sobre los casos de abuso del sacerdote Abbé Pierre.

Ahora sabemos que algunas de las víctimas del sacerdote francés y héroe de guerra, sobre quien Los Ángeles Press también publicó un perfil, están en la muestra del estudio emblemático de Sauvé.