El senador Gerardo Fernández Noroña expresó su molestia con la cobertura mediática que se le ha dado a las declaraciones del senador Daniel Barreda.
En una actividad de poco más de media hora, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña fijó la conducta que él espera de los medios.
Fernández Noroña reprochó a los medios que, según él, no se cuestionen los dichos de Barreda a pesar de que los medios han dado seguimiento al caso.
La tarde del jueves 19 de septiembre, los reporteros que cubren la fuente del Senado de la República fueron convocados por el presidente de la Cámara Alta, Gerardo Fernández Noroña, para pedirles que no dieran cobertura ni credibilidad al senador Daniel Barreda. «Ni que fuera palabra divina», afirmó Fernández Noroña.
Aunque su tono parecía cordial, difícilmente ocultaba su molestia. Fernández Noroña reprochó a los medios que «daban por bueno todo lo que dice» el senador Barreda y que «no era cuestionado en lo más básico». También les criticó por reproducir las declaraciones del senador sobre su presunta retención.
Durante la conferencia, Noroña dejó claras las reglas bajo las cuales desea que operen los medios de comunicación que cubren esta institución.
En las palabras aparentemente cordiales de Fernández Noroña, queda implícito que no se debe prestar atención a quienes contradigan lo que la mayoría del Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados, los partidos del Trabajo y Verde Ecologista de México, decidan que no merece destacarse.
La «solicitud» de Gerardo Fernández Noroña a los medios, inusual para un presidente del la Cámara Alta, se basa en la afirmación de que la conducta del senador Daniel Barreda, del Movimiento Ciudadano, no es adecuada ni sus justificaciones son dignas de crédito. Varios medios han analizado detalladamente las explicaciones de Barreda sobre su accionar y han señalado inconsistencias en sus argumentos.
Sin embargo, en la «conferencia de prensa” convocada por el actual presidente del Senado intentó influir en los periodistas que cubren la fuente, indicando a qué deben o no prestar atención. De manera más específica, dictó cómo se debe realizar la cobertura de este caso y, en ese sentido, desde Los Ángeles Press se pregunta si esta influencia se extenderá a otros temas y cuáles serían las consecuencias para los medios que no sigan las indicaciones del senador Fernández Noroña sobre la manera de informar.
Como medio de comunicación, es inevitable cuestionarse, tras escuchar lo dicho por Fernández Noroña, qué sigue en la lista de prioridades legislativas de su partido y de Morena, el socio mayoritario de su coalición.
¿Las reglas adelantadas hoy por Fernández Noroña involucrarán también a su partido o sólo a los senadores de otras formaciones políticas?
¿Se considera una ley que establezca que debe ser él como presidente del Senado o alguna autoridad del Poder Ejecutivo quien autorice las órdenes de trabajo de los reporteros que cubren ésa y otras fuentes de la vida pública en México?
A pesar del tono aparentemente cordial con el que se dirigió a los medios, se evidencian las presiones a las que estarán sometidos los medios que publiquen contenidos que no se alineen con las decisiones del presidente de la Cámara de Senadores.
Asimismo, resulta contradictorio que Fernández Noroña se declare respetuoso de las acciones de otros grupos parlamentarios en el Congreso de la Unión, al mismo tiempo que exprese de manera comedida sus opiniones sobre otros senadores, a quienes afirma no intenta decirles cómo realizar su trabajo,
Lo dicho por Fernández Noroña podría parecer repetitivo. Aquí tienes una versión más fluida y directa:
El senador Fernández Noroña parece intentar influir en cómo los medios de comunicación deben realizar su trabajo, lo que pone en riesgo la independencia de la prensa, esencial para el funcionamiento de una democracia saludable. Cualquier intento de afectar la cobertura mediática puede limitar la diversidad de opiniones y el ejercicio de la libertad de expresión, así como fomentar la autocensura entre los medios.
Fernández Noroña, a pesar de su alegada experiencia parlamentaria, sigue sin mostrar respeto por los medios de comunicación, debilitando así la confianza pública en esta institución democrática.