AMLO ataca a la SCJN mientras el peso sigue en desplome

Además del desplome del peso, el Banco de México reporta un aumento del pesimismo respecto del clima de negocios en los próximos seis meses.

Aunque AMLO dice que la relación con Washington y el peso están firmes, recuerda caricaturas para llamar “marihuanos” a los estadunidenses

Sin reconocer el daño que causa al peso, AMLO culpa a la Suprema Corte de fallas en la justicia que corresponden a las fiscalías.

La actividad de este viernes 6 de septiembre en Palacio Nacional se atuvo en todo al guión que ha marcado Andrés Manuel López Obrador para el cierre de su gobierno.

Hoy, sin embargo, insistió en que se iría para siempre de la vida pública, a pesar de que apenas esta semana dijo que sólo sería un “sabático” de tres años, lo que le permitiría regresar a involucrarse en la elección legislativa intermedia de 2027.

Ello ocurría mientras el peso seguía hundiéndose en una cotización ya superior a los 20 pesos mexicanos por cada billete de Estados Unidos, que fue durante varios meses una suerte de barrera psicológica, como se puede ver en la gráfica que, tomada de Yahoo Finance, aparece después de este párrafo.

 
Cotización del peso mexicano frente al dólar de Estados Unidos, mismo día, Yahoo Finance, 6 de septiembre de 2024

En esa lógica, el ataque a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ocupó la mayor parte del tiempo de la actividad de este viernes en Palacio Nacional.

Presentó un listado de once preguntas a los ministros de la Corte donde incluye temas que no son de la competencia exclusiva de los ministros de la Corte, sino que tienen que ver, entre otros factores, con la manera en que las procuradurías, ahora fiscalías, o incluso las policías o el Ejército cuando interviene realizan los arrestos, como se da cuenta en la nota que aparece después de este párrafo.

La calificación no es de Los Ángeles Press, es lo que la Fiscalía General de la República dijo del trabajo hecho por su contraparte en Sinaloa en el marco de la más reciente crisis en esa dependencia, luego del asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y diputado federal electo por la coalición que apoyó a Xóchitl Gálvez en la elección de este año.

Lejos de reconocer que el problema de la procuración de justicia incluye pero no se limita a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, López Obrador cargó como si estuviera en un mitin de su partido contra los ministros a los que sólo los exoneró de la pérdida de Texas.

Las «preguntas» fueron:

  • ¿Cómo están las decisiones que se toman los fines de semana, los sabadazos?
  • ¿Cuántos años y cuántas personas no han sido sentenciadas?, ¿Cuántos años llevan sin sentencia?
  • ¿Cuántos amparos han otorgado en contra de las obras de nuestro gobierno en comparación con otros gobiernos?
  • ¿A cuántos famosos han liberado?
  • ¿Cuántas órdenes de aprensión han librado cuando se trata de fraude fiscal?
  • ¿Cuántos expedientes tienen guardados?
  • ¿Cuánto tiempo duran los trámites en el Poder Judicial cuando se trata de cobrar impuestos a los grandes contribuyentes?
  • A detalle, ¿Cuánto ganan, con todas las prestaciones?
  • Recursos Interpuestos por la Fiscalía porque no autorizan órdenes de aprensión.
  • ¿Cómo se negaron a otorgar la orden de aprensión contra el segundo tirador del asesinato de Luis Donaldo Colosio y cómo la Fiscalía presentó un recurso y no lo resuelven?
  • ¿Desde cuándo no sancionan a un juez, magistrado o ministro?

Al menos uno de los temas que incluyó en ese listado ni siquiera está planteado como pregunta y correspondería, en todo caso, que fueran las fiscalías las que lo contestaran.

Hay preguntas, como la relativa a los famosos, que es imposible de contestar, a menos que se definiera con alguna claridad a quién o a partir de qué criterios se debe considerar a alguien como “famoso”.

Un poco más tarde, López Obrador insistió en desestimar que pudiera ocurrir una ruptura de fondo con el gobierno de Estados Unidos, pero lo hizo al mismo tiempo que hablaba de sus recuerdos de una caricatura de «Abel Quezada o de Naranjo» en que el Tío Sam llamaba corrupto a un mexicano que le respondía llamándolo «mariguano», como se puede ver en el vídeo que aparece a continuación.