Cuando gobernar es un juego: crónica de un desastre en Quintana Roo

El Gobierno del Estado de Quintana Roo ha permitido que el desastre natural anunciado en Protección Civil cobre forma de tragedia.

¿Qué pasa cuando se presenta un fenómeno que afecta la vida de las personas, de una comunidad, de un estado como Quintana Roo, expuesto permanentemente a los desastres naturales?

Por León Lizárraga Cubedo

En los últimos años, en México se ha debatido mucho si la tarea de gobernar es sencilla, si el perfil de las personas que aspiran a llevar a cabo esa responsabilidad pública tiene que ser más apegado a la lealtad y más alejado del conocimiento, ya sea adquirido por la experiencia o por la preparación académica y profesional. Cabe hacer notar que se desconoce si esa lealtad tiene que ser a los amigos en el poder, a un proyecto de nación, a un partido, a un gobernante, al jefe, o lealtad a México o todas las anteriores juntas. Lo que sí queda claro es que debe representar el 90% del perfil de las personas que nos gobiernen.

También queda claro que un principio básico del sistema democrático es la universalidad del ejercicio de las libertades; una de ellas es ser electo o aspirar a ser electo para guiar los destinos de un país, un estado o un municipio. Esto se traduce en que cualquier persona, independientemente de su origen étnico, religión, estatus económico o condición educativa, puede aspirar a ser un gobernante. Sin embargo, en un sistema federal, democrático y una república como la mexicana, la persona que elegimos para gobernar también es el administrador público que dirige los esfuerzos de un aparato administrativo y es guía de sus procesos de planeación, organización, programación, presupuestación, control, evaluación, comunicación e integración.

Pero, ¿qué pasa cuando se presenta un fenómeno que afecta la vida de las personas, de una comunidad, de un estado, un país y del mundo entero? ¿La tarea de gobernar requiere de personas con conocimiento para poder afrontar los retos de dicho fenómeno?

La pandemia del COVID-19 fue una muestra global que nos puede dar respuesta a estas preguntas, y es que hasta los gobiernos de países desarrollados que se jactan de tener una planeación del desarrollo a 50 o 100 años, como es el caso de Estados Unidos o de Japón, cometieron errores en el tratamiento de la pandemia que costaron muchas vidas.

Estamos hablando de países que desde hace más de 100 años tienen una comprensión distinta a la de México sobre el conocimiento que deben tener sus gobernantes para administrar los recursos de sus países. Un ejemplo es el sistema de servicio civil de carrera con el que cuentan en sus administraciones públicas para que las personas que trabajen en ellas accedan a un puesto público con base en su conocimiento, y lo demuestren mediante pruebas de acceso y un desarrollo profesional que les permita asegurar que tendrán un desempeño mínimo aceptable. Esto quiere decir que el perfil de las personas que deben gobernar y trabajar en el gobierno debe tener un 100% de conocimiento, antes que lealtad.

En México, en cambio, según el reporte de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia del COVID-19 en México, determinó que: “si México hubiera tenido un desempeño apenas promedio en la gestión de la emergencia sanitaria, se pudieron haber evitado alrededor de 300 mil muertes”.

Lo mismo ocurre cuando una población se enfrenta a un evento que pone en peligro la vida de las personas, ya sea un terremoto, un fenómeno climático (lluvias torrenciales, tormentas o huracanes), o incluso un atentado terrorista como el que se vivió en las torres gemelas en Estados Unidos en 2001.

Analicemos entonces bajo estas premisas qué ocurre cuando un gobernante no tiene conocimiento ni experiencia de gobierno, cuando desprecia a los técnicos, los estudios, las leyes, a los ciudadanos y a las organizaciones civiles, como es el caso de la Gobernadora de Quintana Roo.

 

El contexto

El pasado 14 de junio de 2024, la ciudad capital del Estado de Quintana Roo, México, sufrió una inundación que para las autoridades fue catalogada como atípica, pues según el Gobierno del Estado, no se esperaba. Esto ocurrió después de que el portal del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) del Gobierno Federal anunciara desde el día 10 de junio (4 días antes) de 2024 lluvias muy fuertes (50 a 75 milímetros (mm)) en el Estado de Quintana Roo y Yucatán; el día 11 del mismo mes, lluvias puntuales intensas (75 a 150 mm) en los Estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo y Yucatán; el día 12 de junio, lluvias muy fuertes con puntuales intensas (75 a 150 mm) en Campeche, Chiapas, zona costera de Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, el sur de Veracruz y Yucatán; el día 13 de junio, el comunicado del SMN decía: “Se llama a extremar medidas ante pronóstico de temporal de lluvias en la Península de Yucatán, sureste y oriente de México…, habrá lluvias intensas a torrenciales… de 200 a 250 mm en Quintana Roo… sin descartarse que se desarrolle un ciclón tropical”; finalmente, el día 14 de junio el SMN anunciaba lluvias torrenciales (de 150 a 250 milímetros [mm]) en Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.

Esto denota que un día antes de las inundaciones en Chetumal ya se había previsto una caída de entre 200 a 250 mm de agua. Sin embargo, según el reporte transmitido por redes sociales del Gobierno del Estado encabezado por la Gobernadora Mara Lezama, el día domingo 23 de junio de 2024 a las 12 horas, se dijo que entre los días 15 y 16 de junio de 2024 cayeron en Chetumal 137 mm de lluvia, de los cuales 59 mm cayeron en tan sólo 1 hora; el día 17, cayeron 96 mm de lluvia; el 19, cayeron 76 mm y; el 21, cayeron 152 mm de acuerdo a CONAGUA en ese reporte.

Si comparamos los datos de los comunicados del SMN y el reporte de lo que aconteció en Chetumal durante las inundaciones del 14 al 17 de junio de 2024 que emitió el Gobierno del Estado, hay una disparidad muy importante en la cantidad de agua esperada de 63 mm y de 113 mm respecto a la que realmente cayó y que se ha calificado como extraordinaria y “atípica”, incluso que ha roto el récord de los últimos 72 años. Esto como argumento de por qué se inundó la Ciudad Capital.

Otro de los argumentos que ha comunicado la gobernadora y el Gobierno del Estado por distintos medios como la Dirección General de Protección Civil, es que las inundaciones se debieron a que la gente tira demasiada basura. En total, según el informe al que me refiero aquí, se recogieron un total de 4,226 toneladas de basura en los días posteriores a las inundaciones, esto es, del 15 al 21 de junio de 2024, lo que hizo que Mara Lezama declarara: “Tenemos un gran enemigo: La basura”.

Finalmente, dos aspectos de suma trascendencia ocuparon un lugar en este escenario: uno fue la ausencia de la Gobernadora Mara Lezama desde antes y durante la ocurrencia de las inundaciones del 14 al 18 de junio de 2024, que no solo presumiblemente se encontraba de vacaciones, sino que también reveló lo que siempre se ha sabido desde que asumió el cargo: ni ella ni su gabinete principal viven en la ciudad de Chetumal, capital de los poderes del Estado y donde se encuentra el despacho del Poder Ejecutivo del Estado.

En segundo lugar, se argumenta que desde el 29 de mayo se instaló el Consejo Estatal de Protección Civil, pero no existe ninguna evidencia noticiosa al respecto en el portal del Gobierno del Estado (https://qroo.gob.mx/noticiasqroo), que es donde se debería encontrar la información pública relevante en materia de Protección Civil (tampoco hay evidencia en la página de la COEPROC, que incluso tiene información de la pasada administración estatal como se muestra en la imagen).

 
 

Esto evidencia que dicho Consejo, que es el que debería regular todas las acciones de Gobierno para enfrentar los fenómenos climáticos, al menos eso indica la Ley de Protección Civil del Estado de Quintana Roo en su artículo 20, fracción VI: “Declarar y publicar el estado de alerta ante la inminencia fundada del acontecimiento de un fenómeno natural o humano que ponga en riesgo de peligro a los habitantes del Estado, o de una fracción de él, así como a los bienes públicos y privados”.

No es otra instancia o comité o área como el Centro de Control, Comando, Cómputo y Comunicación del Estado (C4), que es una unidad administrativa dependiente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la instancia pública que debiera publicar alertas de fenómenos climáticos como lo están haciendo ahora.

 
 

Historia, experiencia y conocimiento en Protección Civil

El Estado libre y soberano de Quintana Roo se erigió en el año 1902. Desde entonces, ha sido un territorio que ha enfrentado múltiples fenómenos naturales que han impactado la vida de sus habitantes, pero que han contribuido a construir una cultura de prevención y buen manejo de los protocolos de protección civil, al menos hasta antes de 2016. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 no se manejó bajo los criterios establecidos en la Ley de Protección Civil del Estado de Quintana Roo, a pesar de las señales de omisión que se hicieron llegar a los gobiernos de turno.

Según García Acosta y Raymundo Padilla Lozoya en «El Catálogo de huracanes», en Chetumal a lo largo de la historia se han registrado los siguientes eventos:

1. Dos huracanes impactaron la costa este de la península de Yucatán en 1916: el primero el 1 de septiembre en Payo Obispo (hoy Chetumal). La marejada provocada por este huracán arrasó casas y transporte marítimo. El segundo, el 16 de octubre de 1916, destruyó la torre inalámbrica de telecomunicaciones en Payo Obispo, causó inundaciones y dejó 93 de las 150 casas de la ciudad destruidas. Además, para ese año, el paludismo cobró la vida de 84 personas de una población estimada de 1,000 habitantes. También eran comunes los casos de disentería y otras enfermedades digestivas.

2. El 7 de agosto de 1934, se registraron nuevas inundaciones en Chetumal debido a una perturbación ciclónica que afectó a Belice y las costas de Campeche.

3. El 9 de noviembre de 1942, un ciclón tropical golpeó Chetumal, destruyendo parques, muelles, edificios públicos y el cuartel general de la guarnición de la plaza. Numerosas familias quedaron sin hogar y fueron alojadas en la escuela Belisario Domínguez y otros edificios no afectados gravemente. También hubo afectaciones en la actividad forestal, perturbando la explotación de caoba, cedro, chicozapote y ramón.

4. En septiembre de 1955, el Huracán Janet provocó acciones de prevención, como la preparación de la población ante su llegada. El Secretario General de Gobierno dictó medidas para proteger a la población, mientras el gobernador Margarito Ramírez evaluaba los daños dejados por el huracán Hilda en el municipio de Felipe Carrillo Puerto. Esa misma mañana, a pesar de la llovizna, camiones y coches de alquiler anunciaban en cada esquina la preparación para el refugio.

Además, en el portal Tu Tiempo se describen los años, meses y días con mayor precipitación en la historia del país. En particular, el 14 de abril de 1977, Chetumal registró 254 mm de lluvia, 117 mm más que los 137 mm reportados por CONAGUA y la Gobernadora de Quintana Roo en su informe del 23 de junio de 2024, y 195 mm más que los 59 mm informados en una sola hora, lo que se citó como causa de las inundaciones.

Huracanes como Janet en 1955, Gilberto en 1988 y Wilma en 2005 han golpeado fuertemente la economía y sociedad de Quintana Roo, este último registró una caída del 10% en su economía (Brown Solá, Carlos, «Quintana Roo: el paraíso frente a la pandemia», Pacto federal, Blog de Federalismo, Nexos, 18 de agosto de 2021). Estos eventos son ejemplos del trabajo realizado en materia de Protección Civil en Quintana Roo, que ha acumulado conocimientos y experiencias valiosas tanto para la comunidad como para las instituciones.

Como Secretario Técnico de la Secretaría de Gobierno del Estado de Quintana Roo en 2005, me tocó elaborar los 32 informes del Consejo Estatal de Protección Civil durante el paso del Huracán Wilma, catalogado como el más potente en la historia del Atlántico (ver imagen de CONAGUA, Resumen del Huracán Wilma.

 

 

Dejo constancia de lo expresado en el primer reporte del Consejo Estatal de Protección Civil, realizado tres días antes del arribo de Wilma a las costas de Quintana Roo, que abarcó las sesiones I, II, III y IV del Consejo Estatal de Protección Civil, Huracán «Wilma», celebradas el 19 de octubre de 2005 a las 09:30, 12:00, 20:00 y 24:00 horas en el Palacio de Gobierno de Chetumal, Quintana Roo.

 
 

ALERTAS:
– Es importante recordar que actualmente nos encontramos en Alerta ROJA.

SEGURIDAD:
– Desde temprano, la Secretaría de la Defensa Nacional ha iniciado patrullajes para activar refugios en todo el Estado y ha activado el Plan DNIII-E.
– Se está evacuando a 2,000 habitantes de la Isla de Holbox.
– Hay 5,000 elementos de seguridad pública listos en todo el Estado.
– Se están realizando patrullajes en la zona norte para prevenir robos.
– Se ha declarado la Ley Seca para la zona norte del Estado a partir de las 0:00 horas del jueves 20 de octubre.
– La PGJE informó que redoblarán esfuerzos manteniendo abiertas todas las agencias del ministerio público en el Estado.
– Se informó también que hay 259 elementos de la policía judicial listos para cualquier acto delictivo en la zona norte.
– Hay un total de 86 vehículos disponibles: 15 en Cozumel, 18 en Playa del Carmen, 5 en Tulum, 3 en Isla Mujeres, 2 en José María Morelos y el resto en Othón P. Blanco.

TURISMO:
– SECTUR informa que se requiere evacuar un promedio de 12,000 cuartos en Cancún.
– También se informó que hay disponibles 2,000 cuartos en la zona centro que pueden ser utilizados.
– Ya se evacuaron todos los turistas de Isla Mujeres.
– Quedan 1,700 turistas en Cozumel.
– El Instituto Nacional de Migración informó que hasta las 18:00 horas han salido de Cancún 4,475 personas y han ingresado 3,543 turistas.
– Se están cancelando vuelos programados para mañana.
– Mañana pueden salir alrededor de 5,700 turistas en vuelos internacionales.
– Se estima que entre 15,000 y 16,000 turistas podrían salir de Cancún en total.

EDUCACIÓN:
– La Secretaría de Educación y Cultura ha decretado la suspensión de clases a partir de hoy hasta que termine la alerta máxima en Benito Juárez, Solidaridad, Isla Mujeres, Cozumel y Lázaro Cárdenas.
– SEyC y SEPLADER están determinando la cantidad de tablones necesarios por escuela.

SALUD:
– La Secretaría de Salud ha informado según la reunión con IMSS, ISSSTE y SESA.
– Han entregado el plan de Urgencias epidemiológicas y desastres.
– Cuentan con suficientes medicamentos para tres meses en todo el Estado.
– Hay 62 ambulancias listas para todo el Estado.
– Hay consultorios y quirófanos móviles para cualquier emergencia en la zona norte del Estado.
– ATENDERÁN A DERECHOHABIENTES Y NO DERECHOHABIENTES.
– Tienen disponibles 250 botiquines para todo el Estado, de los cuales enviarán 150 a Felipe Carrillo Puerto o a la zona que lo requiera.
– Hay 50 brigadas médicas disponibles para todo el Estado, 10 en la zona norte, compuestas por tres personas cada una.
– Los hospitales están listos y en condiciones óptimas.

– La Secretaría de Desarrollo Económico ha detallado el ABASTO DE ALIMENTOS, COMBUSTIBLES Y AGUA en cada municipio (según se muestra en la imagen).

– El DIF informa que tiene activos 14 albergues con capacidad para 7,000 personas.

– La Junta de Aguas informó que tiene suficiente capacidad en sus plantas potabilizadoras, operativos y un equipo para reparar las fugas que se presenten.

• En este rubro el DIF informa: Que cuenta con 20,500 cobertores, 23,620 colchonetas y 55,695 despensas en todos los Municipios (como se aprecia en la imagen).

• La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) informó que están disponibles:
– Volquetes.
– Grúas.
– Brigadas de ayuda.
– Plantas potabilizadoras.
– Motobombas de 4 y 6 pulgadas y,
– Cloro suficiente.
– Recomendó que se le informe a la población de Cozumel que tenga cuidado con la zanja que está en la calle 40 y el Blvd. Aeropuerto hasta la 55 bis., ya que permanecerá abierta para ayudar a que fluya el agua que se genere.

ASPECTOS ESTRATÉGICOS:

• La Secretaría de Hacienda ya avanzó en la solicitud de los recursos del FONDEN y mañana estará el director del mismo en Chetumal.
• La UQROO presentó el modelo para determinar las posibles zonas específicas de afectación, ofreciendo la información al respecto. De acuerdo con este modelo, se presume una posible afectación para 532,500 personas en la zona norte del Estado.

Producto de estas acciones del Gobierno del Estado de Quintana Roo que encabezó Félix González Canto se le dieron distintos reconocimientos a él, a su gobierno y al Gabinete de parte de distintos gobiernos y organismos internacionales.

La evaluación independiente que realizó el 17 de octubre de 2005 la empresa encuestadora Explora, antes de la llegada del Huracán Wilma para saber la satisfacción y el nivel de confianza de la población en su gobierno, arrojó los siguientes datos:

El 95% de la población se quedaría en casa para protegerse del Huracán.

El 90% calificó de aprobado o muy aprobado el trabajo que realizó el Gobierno del Estado previo a la llegada del Huracán Wilma.

A la pregunta de ¿Qué calificación le pondría al trabajo desarrollado por el Gobierno del Estado en la prevención de este desastre natural? La calificación promedio fue de 8.72.

 

 

Hay que recordar un dato muy relevante, tanto el Huracán Emily como el Huracán Wilma, a este equipo de gobierno encabezado por Félix González Canto, le tocó hacer frente en los primeros 6 y 9 meses de su administración, por lo que la inexperiencia, conocimiento, medios de comunicación, información y recursos disponibles jugaban un factor decisivo tanto para su contención como para la recuperación en ambos casos, la cual, hay que decirlo, también fue muy rápida. Uno de los factores, quizás, de esta intervención exitosa fue que ese gobierno tenía un alto reconocimiento en la experiencia y conocimiento de su personal y del gabinete, lo que sacó a flote la historia y la experiencia quintanarroense para afrontar estos fenómenos.

 
 

Gobernar es una tarea seria

Cuando de salvaguardar la vida de las personas se hable, no hay manera de desviar la atención sobre la importancia que tiene la historia, la experiencia y el conocimiento de las personas y las instituciones.

Gobernar es una tarea muy seria y conlleva una responsabilidad muy grande, no sólo se trata de hablar, sonreír en cámara, comunicar en redes sociales lo que el gobernante considera prioritario, o de administrar los recursos de todos, sino de cuidar la salud e integridad de los habitantes de una comunidad.

Para gobernar, se requiere pensar y las áreas de gobierno y las personas que pueden aportar a esa tarea cuando la problemática supera a la capacidad institucional de un gobierno, normalmente están fuera (por el sistema de botín político y por considerar que el perfil de sus integrantes actualmente sea de un 90% lealtad y 10% conocimiento) de la administración pública.

Una muestra de ello es que la Secretaria de Gobierno, Cristina Torres, al ver la incapacidad del titular de Protección Civil del Estado de Quintana Roo, mandó traer al experimentado y excompañero de trabajo nuestro en la Coordinación Estatal de Protección Civil en años anteriores, Nemesio Medina Robledo, para al menos ponerlo en la cámara de video y hacer notar que estaban abiertos a escuchar y atender de mejor manera el problema de las inundaciones de Chetumal.

Por otro lado, queda claro que la instalación del Centro de Mando en Quintana Roo (que depende de la Secretaría de Seguridad Ciudadana) para coordinar con los municipios los fenómenos hidrometeorológicos y el monitoreo del Atlántico y Caribe el pasado 29 de junio de 2024, no es el mecanismo legal e institucional adecuado para realizar las tareas de prevención, contención y recuperación de lo que nos espera con el Huracán Berly. Es necesario que se instale el Consejo Estatal de Protección Civil en Chetumal de conformidad con la Ley en la materia.

No es momento de que la gobernadora Mara Lezama se quede en su casa o cerca de ella, tiene que estar en la capital del Estado y guiar los trabajos institucionales para enfrentar estos fenómenos, pues si se trata de la capacidad de comunicación del C4 para argumentar que es el espacio ideal para realizar estos trabajos, basta recordar que no vivimos en el año 2005 cuando enfrentamos el Huracán Wilma; ahora, una videollamada por WhatsApp es posible conectar a todos.

También es momento de que deje de lado su lucha contra los ciudadanos; es con ellos con los que tiene que estar. Flaco favor le hace la mayor promotora pública del turismo en México al reafirmar en medios, reuniones, video mensajes, entrevistas y comunicados, en más de 100 ocasiones que los chetumaleños son muy cochinos y que lo extienda a los quintanarroenses. ¿Quién en sus sanas vacaciones consideraría visitar un estado o ciudad que es un basurero?

Por si fuera poco, el problema de declararle la guerra a los ciudadanos por tirar basura denota un desconocimiento del espacio que le corresponde gobernar. Pues los datos que emite el H. Ayuntamiento de Othón P. Blanco en el Plan Municipal de Desarrollo 2021–2024 en el Eje 4, denominado Ordenamiento Territorial para el Desarrollo Urbano y Rural, en el diagnóstico sobre los residuos sólidos, donde éste afirma que no tiene capacidad de recolectar en su totalidad, determina que en el Municipio se generan un promedio de 397,201.6 kilogramos (397.20 toneladas) diarios de residuos sólidos, cuando la gobernadora Mara Lezama afirmó que se recogieron un total de 4,226 toneladas (4,226,000 kg) en un lapso de una semana. Esto es el equivalente a 603,714.28 kilogramos diarios.

Esto evidencia que si esta aseveración fuera cierta, al menos 200 kilogramos diarios de basura se generaron por los árboles y áreas verdes antes o durante las lluvias fuertes, dejando al descubierto la ineficiencia del Gobierno Municipal tanto en la recolección de la basura como en la prevención del fenómeno climático que tradicionalmente y como parte de los protocolos de actuación, debieron ser removidos y recolectados antes de las lluvias.

Sin embargo, pese a que los errores en el Gobierno de Mara Lezama parecieran una constante, es normal que un gobierno y las personas servidoras públicas se equivoquen; lo hemos dicho muchas veces y durante muchos años, es incluso, una condición natural. Lo importante de aceptar esta condición es lo que hay que hacer para superarla, y la única posibilidad para ello es aperturarse a entender la situación, dejar los protagonismos absurdos y comprender la historia, conocimiento y experiencia que se tiene en Quintana Roo para enfrentar estos peligros. Esto es, ponderar más el conocimiento que la lealtad en la administración pública.

Hay muchas cosas que se pueden hacer para mejorar y se puede hacer justo antes de la llegada del Huracán Berly que se aproxima a Quintana Roo y que posiblemente pase por el centro y sur del Estado. Por eso, aquí dejo algunas propuestas a propósito de la manera en la que han afrontado estos problemas y de la instalación del Centro de Mando en Quintana Roo (que depende de la Secretaría de Seguridad Ciudadana) para coordinar con los municipios, fenómenos hidrometeorológicos y monitoreo del Atlántico y Caribe el pasado 29 de junio de 2024, donde los Presidentes Municipales e integrantes del Gobierno Federal y Estatal intervinieron.

Lo que se necesita

1. Se requiere homologar la información que otorgan todos los Municipios, la cual ha sido dispar y poco práctica. Sólo los Municipios de Isla Mujeres (el más completo) y Benito Juárez (al final rescató algunos datos importantes el encargado del despacho) dieron información necesaria. Pese a ello, ninguno habló de alimentos, gasolina, gas, etc., disponibles.

2. Hay que hacer un inventario de los recursos con que se cuentan para afrontar el fenómeno y COMUNICARLO a la población, tanto materiales como humanos. Hasta ahora NO se conoce dicho inventario y por Municipio la información NO es homogénea, además de que NO hay sistemas de información con estos datos.

3. Tener listos hospitales, centros de salud, medicamentos y personal médico que se requiera por municipio.
4. Deberá haber efectivos y destacamentos suficientes del Ejército y de la Guardia Nacional para evitar la inseguridad y la rapiña en caso dado de presentarse el fenómeno.

5. Habrá que verificar el abasto de AGUA potable (durante Wilma fue un problema, no había agua ni para las reuniones de trabajo, mucho menos para las casas), comida, gas, diesel y gasolina.

6. Ya debieran estar listas las cuadrillas de CFE para enfrentar el problema de la caída de postes de luz y de posibles daños a la infraestructura generadora de energía en el Estado y Municipios. Por ahora, NO se ve una participación de CFE previsora en este sentido.

7. La comunicación hay que asegurarla, ya sea que cada Municipio cuente con equipo satelital u otro medio más sofisticado. Durante Wilma se partió en 2 el Estado, la Fuerza Aérea Mexicana siempre ha sido de gran ayuda en estos casos, al menos debiera haber disponibles 4 helicópteros (norte, centro, islas y sur) en el Estado.

8. Hay que generar un sistema

De información disponible para la población, no existe ningún sitio web donde se pueda consultar todo en orden. La única información disponible es la de los refugios, pero dónde puede haber agua, alimentos y apoyos para la vivienda, no existe. Tampoco hay centros de acopio y reparto, esto permitirá evitar la rapiña en centros comerciales y de abasto. El sistema debiera proporcionar información para la búsqueda de personas, atención y localización de familiares en caso de inundaciones mayores y decesos, así como los recursos financieros disponibles y los requisitos para acceder a ellos. Evidentemente, debiera tener al día los censos de damnificados y lo que se perdió, incluso con ayuda de la población.

9. Se requiere sentar a las cámaras empresariales y a las organizaciones de la sociedad civil para actuar en la prevención. No se ha visto a ninguna en ninguna parte. Los centros comerciales y los negocios de alimentos son las principales presas cuando hay desabasto; debieran ya considerar esos escenarios.

10. El DIF ya debiera tener un inventario de despensas, cobertores y colchonetas, así como la tramitación de ayuda en tránsito. Las 4,200 despensas que han otorgado entre el DIF estatal y el Ejército (de acuerdo a sus propios informes) hasta el momento en Chetumal, es apenas el 12% del total de despensas que se tenían en esta ciudad previo a la llegada del Huracán Wilma en 2005 (casi 20 años).

11. La CAPA debe jugar un rol más protagónico en la prevención, desarrollo y recuperación de los fenómenos de este tipo. Hasta ahora NO se sabe lo que está haciendo, más que cobrar. Ya es momento de que cumpla su rol de preparar a la gente y la infraestructura para superar lo que viene. Tiene equipo humano con experiencia suficiente para afrontar el reto.

12. La UQROO tiene personal y sistemas de conocimiento que hay que incorporar. Es increíble que teniendo de secretario particular a un ex rector de la Universidad de Quintana Roo, ésta no se encuentre en la mesa de información.

13. La Secretaría de Educación debe tomar decisiones más firmes. Durante Wilma se suspendieron las clases durante más de 2 semanas y al menos 4 días antes de la llegada del Huracán. Aquí siguen un día sí y otro quién sabe, obligando a las familias a llevar a sus hijos a la escuela. Además de su rol en la ubicación de refugios.

14. La fumigación es clave, antes y después de los fenómenos. Por ahora parece insuficiente el trabajo que se hace en esa materia y ya se invirtieron muchos millones de pesos para actualizar el equipo y al personal de vectores.

15. Urge ver en acción y escuchar al gabinete del gobierno estatal. Ellos son los que tienen la responsabilidad legal, administrativa y política de dar resultados. Por ello, deben informar a la población. Entre estos, hay personal con experiencia y capacidad probada durante estos fenómenos. María Hadad dirigió el DIF durante Wilma y realizó con mucho éxito los trabajos de apoyos sociales, incluidos los de despensas, cobertores y colchonetas para damnificados (por ahora no se le ve en los grupos de trabajo cercanos a la toma de decisiones); José Alberto Alonso Ovando, durante Wilma, llevó los trabajos operativos para la gestión de recursos en la recuperación.

Tiene experiencia suficiente para hacer ya esos trabajos, pues en proyectos de inversión, se requieren, tan sólo para el Municipio de Othón P. Blanco, más de 2,500 millones de pesos para poner al día todas sus infraestructuras (IAPQROO 2018, INOVAINV), y no los 37 millones como la «ayuda» que está dando el Gobierno de Mara Lezama para Chetumal; Ángel Rivero Palomo, pese a que fue el traductor al inglés de los informes diarios de las reuniones del Consejo Estatal de Protección Civil (CEPC) durante Wilma, se necesita que aporte realmente lo que sabe del funcionamiento del mismo. Algo se le debió de haber pegado de aquellos trabajos; Adrián Martínez, es un especialista en temas de Protección Civil, además de su formación militar, debiera tener una voz más importante en la toma de decisiones. El que este CEPC no funcione como tal es una muestra clara de que o no se anima a guiar a la gobernadora o simplemente no le escuchan.

16. La Secretaría de Finanzas y Planeación no se ve por ningún lado. Mientras el Secretario y Senador, Gino Segura, se encuentra aún en campaña dando pláticas y teniendo reuniones con grupos empresariales en el norte y comprometiendo el gasto en proyectos innecesarios como el Auditorio del Bienestar en Cancún, tendrían que estar trabajando en qué tendrá que hacer el estado para afrontar el problema financiero y económico que se ha presentado ya desde el 14 de junio en Chetumal y que se presentará en caso de impactarnos el Huracán Berly esta semana. Durante Wilma, hasta los bancos proporcionaron apoyo a los tarjetahabientes de créditos de todos los municipios, no sólo los más impactados en el norte. Por ejemplo, se condonaron los adeudos y se restableció en ceros el crédito, sin solicitarlo ni pedirlo, una simple gestión del Gobernador y del Secretario de Hacienda en turno con la Federación. También es importante que fije postura sobre el endeudamiento del Estado, pues según nuestra historia, cada vez que ha sucedido un evento como el que se aproxima, el Gobierno Estatal se ha endeudado y él, Gino Segura, ya nos endeudó sin necesidad.

17. Hay que aperturarse a ESCUCHAR a la gente. Se entiende que haya quintanarroenses sin suficiente arraigo para tener conocimiento y experiencia sobre los fenómenos climáticos que ha sufrido el Estado, pero es en la zona sur, la de mayor experiencia y arraigo social en donde presumiblemente impactará Berly. A esta gente hay que involucrarla, atenderla y organizarla. Explicarles desde cero lo que hace cada dependencia y entidad es una pérdida de tiempo, eso ya lo sabe la gente, así como bien sabe qué tienen que hacer sus gobernantes.

Gobernar es una ciencia y un arte. Desde mucho antes de los cameralistas ha quedado claro esto. Es momento de que en Quintana Roo lo entiendan.