Octavio Romero Oropeza, el director de la petrolera, ha prometido que la siguiente semana comenzarán a saldar su deuda con los contratistas
De acuerdo con los directivos de Pemex, en el primer trimestre del año, se destinaron poco más de 6.000 millones de dólares al pago de proveedores. El desembolso no ha sido suficiente para acortar la brecha de adeudos que aún restan en más de 8.800 millones de dólares, unos 148.000 millones de pesos, de saldos pendientes por cubrir para la diáspora de empresas que hacen servicios de perforación, extracción para la paraestatal. Un incremento de 59% respecto a los 88.791 millones de pesos registrados en el mismo mes del año pasado.
“El negocio de Pemex no está en jinetear el dinero de los contratistas, sino en el cumplimiento de sus metas, y solo se logran estas, si se cumple con los compromisos”. Esas fueron las palabras de Romero Oropeza a unos proveedores ansiosos por comenzar a facturar, según estas mismas fuentes. Los directivos han prometido pagos similares de 70.000 millones de pesos también para junio, julio y agosto, a fin de ir cerrando la brecha de adeudos para su red de empresas. A pesar de la promesa de pagos, el escepticismo ronda sobre los empresarios que aún desconocen a quién le pagarán y cuánto se le pagará a cada contratista.
Una de las fuentes allegadas a estas reuniones detalló que en la justificación de Pemex por el atraso fue debido al poco margen de maniobra que tuvo la Secretaría de Hacienda el año pasado para apoyar en este renglón a la petrolera, debido a los subsidios que el Gobierno ordenó aplicar a los precios de las gasolinas. Solo en 2022, los estímulos a los combustibles costaron al erario unos 396.000 millones de pesos y en 2023 estos subsidios supusieron un hueco de 195.500 millones de pesos. Este año, por el contrario, los estímulos a las gasolinas han desaparecido casi por completo, recursos, que los contratistas esperan sean reorientados a los adeudos.
El foco rojo de los contratistas se concentra en el sureste de México, en las costas del golfo de México, en los Estados de Tabasco y Veracruz. Luis Miguel Labardini, experto en temas energéticos, refiere que el impago a estas compañías se debe, en parte, a una mala administración al interior de la petrolera. “El Gobierno federal ha mostrado un gran apoyo a Pemex a través de transferencias superiores a los 900.000 millones de pesos, desafortunadamente estos mismos 900.000 millones de pesos es la suma de las pérdidas de Pemex Refinación en los últimos cinco años” menciona.
El especialista refiere que aunque el Gobierno de López Obrador ha centrado su estrategia en reflotar a la maltrecha paraestatal, se ha priorizado el pago de la deuda bancaria y se ha dejado en segundo plano a los contratistas. Solo durante los últimos tres meses de 2023 y enero de 2024, los estímulos fiscales otorgados a Pemex ascendieron a 112.000 millones de pesos, según las cifras Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El adeudo de Pemex coincide con su debacle operativa. La petrolera estatal produjo en abril 1,47 millones de barriles de crudo diarios, su peor nivel en 45 años, de acuerdo con las cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. El dato supone una caída del 6% respecto al mismo periodo del año pasado, cuando se extrajeron 1,5 millones de barriles de hidrocarburos.